Igual que Alfredo Pérez Rubalcaba nada más llegar a la Secretaría General del PSOE de España, lo primero que hizo fue solicitar una entrevista con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el nuevo secretario general de los socialistas castellanomanchegos, Emiliano García-Page, anunció, al principio de su primer discurso ya en su nuevo y flamante cargo, que lo primero que hará será solicitar una entrevista con la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
Y empezó a meter caña a los «populares» al afirmar delante de todos los delegados que hay gente «que ha fabricado un estado de ansiedad en España y poco a poco muchos ciudadanos están saliendo a las calles, pero mucho más gorda que la crisis es la coartada y la mentira que utiliza el PP».
Anunció que defenderá Castilla-La Mancha pero no por encima de España, «porque somos españoles antes que castellanomanchegos». Y les pidió a los suyos, en especial a su nueva Ejecutiva, que no se les suba el cargo a la cabeza. Este congreso ha sido un éxito rotundo, pero tiene que convertirse en un éxito para Castilla-La Mancha».
Y lanzó una andanada a Cospedal citando a Rubalcaba: «Alfredo, has demostrado que estás más tiempo en Castilla-La Mancha que muchos cargos de la Junta. Hay muy buen ambiente, se nota ilusión aún habiendo perdido las elecciones. Tenemos muchísimas ganas de perder el miedo al miedo».
Y lanzó un capote a su antecesor, José María Barreda, al hablar del éxito del congreso, «que ha sido fruto de la generosidad de dos personas a las que se conoce por el nombre y los apellidos, de Pepe y de José María. Muchísimas gracias». Momento en el que los instó para que saludaran a la gente. «¡Qué hubiera sido de Castilla-La Mancha de no ser por el empuje de los gobiernos de Bono y Barreda!».