Castilla-La Mancha ocupa el tercer lugar entre las comunidades autónomas con mayor siniestralidad laboral de los autónomos, por detrás de Asturias y Cantabria, aunque durante 2013 bajaron los accidentes ocurridos en el centro de trabajo.
Así se desprende del informe anual de siniestralidad laboral de los autónomos de la organización ATA presentado hoy en Toledo, que resalta que el año pasado 976 autónomos castellanomanchegos con la contingencia profesional cubierta sufrieron un accidente laboral, de los cuales 955 fueron leves y 21 graves.
De estos 21 accidentes graves, once fueron en agricultura, seis en el sector servicios, dos en la construcción y otros dos en industria.
Por provincias, Guadalajara es la que tiene mayor índice de accidentes de trabajo, seguida de Cuenca, Toledo, Ciudad Real y Albacete.
El informe de ATA también destaca que las cinco provincias castellanomanchegas superan la media nacional en el índice de siniestralidad y agrega que casi el 30 % de los accidentados tenían entre 35 y 44 años.
Los tipos de accidentes que tuvieron lugar el año pasado fueron en su mayoría lesiones, derivadas de caídas o de levantar y transportar cargas, que afectan principalmente a piernas, espaldas, manos, brazos, cuello y tórax.
Además, la franja horaria con más accidentes está entre las diez y la doce de la mañana, algo en lo que coinciden autónomos y asalariados.
En 2013, el número de autónomos de la región inscritos en contingencias profesionales ascendió a 38.858, lo que representa una cobertura del 27,11 % del total del colectivo, por encima de la media nacional que tiene un porcentaje del 21,56 %.
En el cómputo nacional, las comunidades autónomas con mayor siniestralidad son Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura, y las que menos Madrid y Murcia además de Ceuta y Melilla.