No podía ser otro. Está claro. La calurosa respuesta del congreso socialista al recibir a su nuevo secretario general no deja lugar a dudas. Emiliano García-Page era el que estaban esperando y le aclamaron con una ovación larga que expresaba con rotundidad que la gente del PSOE ya había pasado página de todo lo anterior.
Ni Bono ni Barreda, Page es el hombre que buscaban. Conscientes de la tarea que le encargan y la corona de espinas que le ponen en la cabeza, los delegados se le entregaron cuando a media tarde del sábado se supo el resultado. La acogida de la mañana siguiente, cuando ya se había visto su Ejecutiva, sentenció el asunto. El PSOE ha encontrado su estrella. Ahora veremos cómo la siguen.
Por eso se ha permitido hacer una Ejecutiva a su medida y casi a su imagen y semejanza (muy municipalista), teniendo en cuenta los mimbres que le quedan en un partido hecho añicos institucionalmente. Quizá ni él mismo pensaba que le saldría así cuando llegó al X Congreso Regional a primera hora de la mañana del sábado.
El primer escollo en salvar era el interés de José María Barreda en continuar en la Ejecutiva como presidente del partido. Llevaban semanas con el asunto. Se cerró como Page pretendía y José Bono fue una pieza indispensable en el desenlace. El expresidente se puso el traje de faena y tiró de oficio y legitimidad tras haber ganado más elecciones que nadie para acabar diciendo a su sucesor que a su edad no están para estorbar.
Lo cierto es que las caras de algunos no podían esconder más decepción al comprobar que su intento de limitar el aura político de Page solo a Toledo había fracasado estrepitosamente. Emiliano, como le llaman todos, es el líder de los socialistas en toda Castilla-La Mancha.
Tiene un estilo propio que ya lució en su primer discurso y que le ha llevado a ser el único que ha sacado más concejales que el PP en Toledo y en la peor cosecha, la de 2011; y la mejor del PP. Es más inteligente que no le tomen en broma ni le apliquen remedios tópicos. No surten efecto.
Cercanía, trabajo hasta la extenuación y guante de seda en mano de hierro cuando toca, aunque prefiere la negociación. Así será como jefe de la oposición. Ofrecerá acuerdos en lo importante y golpeará certeramente en los flancos que asome el rival. Ya lo hizo en su primer discurso como jefe de la oposición. Lo primero que anunció es que pedirá una entrevista con María Dolores de Cospedal y ofrecerá a la presidenta pactos en empleo, agua y financiación de los ayuntamientos.
Acto seguido, soltó el primer golpe: «Pediré que en el plazo de un año los altos cargos de la Junta paguen sus impuestos en Castilla-La Mancha». Más allá de la efectividad de la medida, puso el dedo en una llaga del Gobierno Cospedal, la frialdad de trato de algunos altos cargos con la sociedad de la región. A falta de presupuesto para solucionar problemas o pagar facturas, la incomprensión que los colectivos encuentran en algunos altos cargos, que ni les entienden ni parecen interesados en ello, es una vía de desafecto que el Ejecutivo debería cortar cuanto antes.
Ahora Page ha puesto el centro de gravedad del PSOE en Toledo, con una clara ascendencia de Albacete, las provincias donde están los principales damnificados del equipo saliente. Se lleva a la sede regional el núcleo duro de su provincia, en el que Jesús Fernández Vaquero es un escudero leal y curtido, cuyo oficio le será imprescindible. Con él, indisoluble, como avisaba en la entrevista con encastilllalamancha.es, va Fernando Muñoz, el hombre en el que Vaquero descansa el trabajo de aparato y el control de las finanzas del partido.
Page tiene por delante un camino duro, largo y difícil, que puede acabar mal. Pero es innegagle que nada más tomar el mando ha devuelto la esperanza al desierto de poder que hoy es el partido y ha mandado un serio aviso a los que le planten batalla interna.
Como ejemplo, un botón. Nemesio de Lara, el presidente de la Diputación de Ciudad Real, única institución de rango provincial que gobiernan los socialistas en la región, no está en la Ejecutiva. Ni se le espera. Tampoco el alcalde de Puertollano, Joaquín Hermoso. Jugaron a asustarle con una candidatura alternativa convencidos de que ganaría Carmen Chacón.
Otra ausencia comentada es la de Esther Padilla. La portavoz habitual del PSOE de Barreda y mano derecha de José Manuel Caballero. Page no quiere que quepa la duda.
Como dice la publicidad institucional del Ayuntamiento, «Toledo es otra historia». Y él ha empezado la suya en el PSOE de Castilla-La Mancha cambiando el rumbo 180 grados con un solo timonazo.