Saltaron a los medios de comunicación nacionales cuando se conoció que se les había prohibido acceder al Metro de Madrid porque se habían convertido en el grupo de delincuentes más voraz del suburbano de la capital. Se las conoce desde entonces como el famoso clan de las bosnias y ejercían de carteristas y actuaban sin ningún tipo de pudor. Olísqueaban el dinero de las carteras a metros de distancia y no había nada ni nadie que las parara. Hasta que la insistencia cansó a las Fuerzas del Orden…
Bien, pues durante todo el verano han actuado en Toledo, tal y como ha podido conocer encastillalamancha.es, aunque en muchas ocasiones no han podido porque la Policía Nacional les ha echado el guante antes de que ni siquiera lo intentaran. Una banda perfectamente organizada cuyas integrantes llegaron a la capital regional tras las huellas de los turistas que, en masa, llegaron en los meses previos al estío, justo cuando la primera de las exposiciones sobre El Greco hizo que las calles del casco histórico fueran un auténtico hervidero de ciudadanos extranjeros.
Que son precisamente su objetivo número uno: los turistas.
La Policía Nacional de Toledo las ha detectado, identificado y prácticamente «obligado» a marcharse de la ciudad en nada menos que dos o tres ocasiones cada semana. Llegan en pequeños grupos y son tantas las que conforman el clan que casi nunca repetían presencia, eran caras diferentes las que llegaban cada día. Solo se tomaron un pequeño respiro, la afluencia de visitas por semana bajó en agosto, pero durante junio y julio intentaron aprovechar el tirón veraniego.
Los agentes no están dispuestos a consentir que Toledo sea la ciudad donde campen, de ahí que hayan contado con la inestimable ayuda de los guías turísticos y de los profesionales de la hostelería, quienes los avisan de inmediato en cuanto ven que estas mujeres pululan alrededor de los grupos de turistas o cerca de los establecimientos y sus terrazas. Principalmente en la zona del casco histórico que va desde la Plaza de Zocodover hasta la turística calle Santo Tomé. Un itinerario que peina la Policía prácticamente a todas horas.
El objetivo: ahuyentarlas de las calles de Toledo, lo que hasta el momento han conseguido.