La torre de estilo mudéjar de la iglesia de Santo Tomé, en Toledo, luce ya una nueva iluminación artística, sufragada por la Fundación Iberdrola, una intervención que se suma al programa de actos organizados con motivo del cuarto centenario de la muerte del Greco.
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha resaltado la belleza de la torre de Santo Tomé, un elemento patrimonial que será «más que nunca faro de guía para quienes quieren visitar Toledo, cuna artística del Greco», quien pintó una de sus obras más famosas, «El entierro del Señor de Orgaz» precisamente en la iglesia de Santo Tomé.
Por su parte, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, ha agradecido la inversión de la Fundación Iberdrola y ha afirmado que, con las intervenciones realizadas en la línea de mejorar la iluminación de los monumentos, «Toledo es una de las ciudades mejor iluminadas de España», si bien ha adelantado que se van a iluminar muchos monumentos más, entre los que ha citado dos paños de la muralla.
El presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín, ha resaltado que proyectos como el inaugurado hoy reflejan que «se puede vincular arte, cultura e historia con el concepto de la eficiencia energética» y para apoyar este argumento ha dado algunos datos, como que la potencia lumínica instalada en toda la torre representan 2.100 vatios, es decir, «el consumo de dos microondas» o que iluminar la torre supone un gasto de treinta céntimos la hora.
Además, el obispo auxiliar de Toledo, Ángel Fernández Collado, ha querido alabar la belleza de la torre y de su nueva iluminación, ya que ha señalado que si «lo que no se ve no existe, hoy, con la luz, se aprecia la existencia de la torre de Santo Tomé».
Fernández Collado ha recalcado el pasado de Toledo como «la ciudad de las tres religiones, las tres culturas que supieron convivir con fe cada una en su dios y con su cultura» y ha propuesto que, toda vez que la Fundación Iberdrola ya ha proporcionado iluminación artística a la mezquita del Cristo de la Luz y a la torre de la Iglesia de Santo Tomé, aborde como próximo proyecto la de la sinagoga de Santa María la Blanca.
«Esta torre de Santo Tomé no es solo una torre campanario, sino que también es un monumento de toda la historia de la ciudad», ha afirmado el párroco de Santo Tomé, Gerardo Ortega, quien ha recordado que el templo de época visigoda, fue posteriormente mezquita, que es en cuando la torre se convierte en alminar, y con posterioridad se consagra al culto cristiano.
Por todo ello, ha destacado que «esta torre es un testigo mudo de la historia», que además fue vista por el Greco durante los 37 años que el pintor vivió en el entorno de la iglesia en la que dejó pintado «El entierro del Señor de Orgaz».
Cospedal y Manuel Marín, durante la inauguración.