Su objetivo inicial era robar los 1.250 euros que sabía que se encontraban en un cajón de un escritorio de un despacho del Centro Cívico de Palomarejos, en la plaza de Aquisgrán, en la ciudad de Toledo. Por lo que apalacó el cajón para conseguir abrirlo, aunque después dejó la puerta y las ventanas del despacho abiertas para simular que se había cometido un robo y así despistar a la Policía.
Pero no le salió nada bien.
Porque los agentes comprobaron casi de inmediato que algo raro ocurriía en la declaración de este hombre, quien se sirvió de un juego de llaves al que tenía acceso por motivos laborales, entró en el despacho y forzó el cajón donde sabía que estaba el dinero. Hechos que más tarde reconoció.