La culebra se paseó por la parte exterior de la ventanilla del taxista toledano.
El susto que se llevó este taxista de Toledo fue morrocotudo cuando, nada más dejar a un cliente junto al monasterio de San Juan de los Reyes, en pleno casco histórico de la capital regional, vio cómo una culebra impactaba sobre el capó de su coche y rápidamente se fue hacia el parabrisas delantero.
Uffff…
Su primera reacción fue, como bien pueden pensar, activar los limpiaparabrisas con la intención de procurar que la culebra se bajara a la carretera y, además, cerrar su ventanilla que, debido al calor de hoy, llevaba bajada.
Pero iba a ser que no…
En ese momento el animalito desapareció, hasta que… Hasta que el taxista llegaba a su parada en la cuesta de Carlos V, junto a Zocodover, y… ¡¡¡Volvió a reaparecer!!! Y esta vez circulando por la ventanilla del taxista, a quien le dio tiempo a fotografiarla como recuerdo antes de llegar a la parada, donde un compañero suyo la echó al suelo y probablemente pudo acabar en una alcantarilla.
Así son las culebras de juguetonas…