El jurado popular ha declarado culpables, por unanimidad, al inductor del asesinato de una mujer a través de un sicario en mayo de 2018 en la localidad toledana de Las Ventas de Retamosa, así como al autor de los disparos a cambio de 3.000 euros.
Tras nueve días de juicio en la Audiencia provincial de Toledo y unas cuatro horas de deliberación este jueves, el jurado popular, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, ha emitido un veredicto de culpabilidad para los cinco acusados, que son, además del inductor y el sicario, la mujer del primero en el momento de los hechos y el hermano de esta, y la novia del segundo en esas fechas.
Si bien el inductor del crimen admitió durante la segunda vista oral del juicio que hizo el encargo de matar a la víctima y a su hijo, que resultó herido, así como el sicario reconoció que lo ejecutó por dinero, el jurado popular no ha dado credibilidad al intento de ambos de eximir al resto de procesados por amenazas y encubrimiento.
Testimonios no probados, según el jurado
«Éramos él y yo solos», reiteró en varias ocasiones el marido del matrimonio acusado en un principio de haber hecho el encargo del asesinato de la que fue su empleada de hogar y, de hecho, afirmó que su esposa se enteró de lo ocurrido en una de las visitas a la cárcel, en las que le pidió que, a través de su hermano, le buscase un abogado para él y otro para el sicario, así como entregas de dinero a este último.
Durante su testimonio, leyó una carta de arrepentimiento que su abogado aportó el primer día del juicio, en la que decía que nunca podrá pasar página de ese «error», que no sabe qué se le pasó por la cabeza y que fue raíz de unas «habladurías» que había en el pueblo sobre su mujer y que señalaban a la víctima, a la que llegó a apuntar con una pistola, que no era real, y decirle: «Vete de aquí o te pego un tiro a ti y a tus hijos».
También negó que fueran expulsados del pueblo por la familia merchera de su mujer y aseguró que se marcharon a Barcelona por las «habladurías» y que fue allí donde conoció al sicario, al que pidió que llevara a cabo el asesinato de la fallecida y de su hijo.
Por su parte, el sicario se presentó al tribunal como «politoxicómano» y con muchos problemas en el momento en el que el inductor le propuso cometer el asesinato a cambio de 3.000 euros, pero primero sostuvo que el encargo fue sólo matar a la conductora del vehículo y que en ningún caso sabía que iba con su hijo en el coche.
Sin embargo, al término de las declaraciones de todos los acusados, pidió tomar de nuevo la palabra, a través de su abogado, y se desdijo para afirmar, en esta ocasión, que sí recibió el encargo de matar a la víctima y a su hijo, pero que no lo reconoció en un primer momento porque le daba «vergüenza».
Por su parte, la novia del sicario dijo que se enteró del asesinato por la tele, la esposa del inductor que lo había hecho en una visita en prisión, aunque sí admitió que había amenazado a la víctima, pero no con el fin de matarla; mientras que su hermano negó que hubiera intentado contactar con otros internos dentro de prisión para hacerle llegar ningún mensaje al sicario para guardara silencio.
Culpable de todos los delitos
Según el veredicto, leído por el portavoz del jurado popular, el primero de los principales acusados ha sido declarado culpable de inducción de delito de asesinato y de tentativa de asesinato, mientras que el sicario ha resultado culpable de asesinato, de tentativa, de robo con fuerza de vehículos, de robo de uso y de tenencia ilícita de armas.
La entonces esposa del inductor ha sido declarada culpable de amenazas y de encubrimiento, y su hermano y la novia del sicario también de encubrimiento.