La Asociación de Municipios Ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía considera que la «aceptable» situación de los embalses, prácticamente al 35% de su capacidad, debe verse como una oportunidad de recuperación «y no de expolio».
En nota de prensa, la Asociación reclama una lámina estable mínima de 1.000 hm3 y recuerda que esa agua pertenece al Tajo y es necesaria para la gestión plurianual de los embalses, toda vez que la ligera recuperación de los embalses de cabecera del Tajo, gracias no sólo a un episodio leve de lluvias y nieve sino también a que el trasvase ha permanecido un tiempo cerrado, «ha hecho saltar las alarmas en el levante, que cuenta con que esa agua pertenece al Segura y no al Tajo».
Necesidad «urgente» de cambiar reglas de explotación del trasvase
El presidente de la Asociación, Borja Castro, recuerda «la obligada necesidad de cambiar urgentemente las reglas de explotación del Trasvase» y señala «la oportunidad que se nos brinda no de ser nuevamente expoliados, sino de comenzar un nuevo ciclo de gestión sostenible, acorde a los retos a los que nos enfrentamos ya en este escenario de cambio climático».
«Reclamamos una lámina estable para satisfacer nuestras necesidades como cuenca cedente, como señala la ley, pero también para garantizar la demanda de consumo humano y la salud del Tajo con sus caudales ecológicos en los periodos de sequía que están por venir».
Así, Castro demanda «una gestión más eficiente, que no obligue a trasvasar agua cuando en el Levante tienen otras alternativas que funcionan y que nos permita crecer con un uso no privativo del agua, que es propiedad del Tajo, no de los regantes industriales».
Para ello, considera necesario «que el Ministerio de Transición Ecológica y la sociedad en su conjunto empiece a tener en cuenta el coste social marginal de la agroindustria, a la hora de ponderar las repercusiones económicas del cierre o disminución del trasvase».