El ciclista albaceteño Óscar Sevilla, suspendido seis meses por dopaje hasta el 21 de febrero, se plantea la posibilidad de representar a Colombia en los Mundiales después de haber recibido la oferta de adquirir la nacionalidad del país donde tiene fijada su residencia desde hace años.
«De momento tengo residencia colombiana, pero me han ofrecido la nacionalidad para correr mundiales con Colombia y lo voy a pensar. De todas formas, de España no me olvido porque es mi tierra, Albacete y Castilla-La Mancha los llevo muy dentro y a pesar de que en Colombia me han acogido muy bien, esta es mi tierra y me siento muy orgulloso de ser español y de Albacete», declaró al diario La Verdad de Albacete.
Sevilla, de 35 años, se encuentra de vacaciones en España después de una temporada compitiendo en América en la que ha conseguido doce victorias.
«Estoy muy contento de haber conocido un ciclismo diferente, una cultura diferente y países diferentes porque no solo es Colombia, también estoy corriendo en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica. Está siendo una experiencia muy positiva en mi carrera a pesar de haberme quitado otras competiciones como las del circuito europeo», explicó.
Con respecto a su sanción, dijo que el caso procede del 2010 aunque ha salido ahora. «Ha sido por dopaje involuntario. En la Vuelta a Colombia del año pasado tuve una caída faltando dos días para terminar y tuve que ir a urgencias porque tenía muchas heridas, con la rodilla abierta y además estaba inconsciente. Allí me curaron las abrasiones y me suturaron las heridas, pero también me pusieron un suero y al día siguiente di positivo por el método, no por la sustancia, ya que el método intravenoso está prohibido en el ciclismo».
«A partir de ahí empezó una película que ha durado un año y dos meses, de incertidumbres, de no saber qué iba a pasar, de abogados…, y el desenlace ha sido una sanción de seis meses que concluye el 21 de febrero. Acepto y cumplo la sanción, pero no la comparto ni creo que sea justa».
Sevilla definió como una «chapuza política» la Operación Puerto, con la que se le vinculó en su día. «Fue una chapuza política muy grande con la que quisieron demostrar que luchaban contra el dopaje y lo único que hicieron fue tirar la imagen del ciclismo y de los ciclistas por el suelo».
«Sólo sirvió para cargarse el ciclismo a nivel de base, a nivel publicitario y a nivel de la afición en España», añadió. «Quedan pocas carreras, los medios han pasado de seguir las carreras a solo seguir el dopaje y creo que no es justo».
En Colombia se ha sentido muy bien físicamente: «he ganado doce carreras, he estado en lo más alto, estoy contento con mi rendimiento y además disfruto de lo que hago, que es montar en bici. Me entreno con la misma ilusión de siempre».
«Después del 2006 -año de la Operación Puerto- siempre ha sido muy difícil correr aquí (en España) y a pesar de que ha habido alguna oferta, quizá era demasiado triste porque se querían aprovechar de las circunstancias porque corredores como Mancebo o como yo tenemos un nombre que se merece un respeto. En cambio en Estados Unidos y en Sudamérica nos han aceptado como somos».
Para Sevilla, «en España el futuro del ciclismo es bastante negro, algo que en América y Asia es todo lo contrario, allí está el futuro del ciclismo, incluso el presente. En países como Rusia, China, Estados Unidos y en Sudamérica el ciclismo goza de una mejor imagen, hay más empresas que invierten en él y la afición está más volcada con el ciclismo, cosa que en España ha ido hacia abajo, hasta el punto de que hay gente que no sabe quien ha ganado la Vuelta, el Tour o el Giro».
Para la próxima temporada se fija en Estados Unidos: «Quiero hacer una buena campaña en pruebas como California, Colorado y Utah, que son muy importantes y después está la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN, que le interesan mucho al equipo. Me encantaría ganar la Vuelta a Colombia, que quizá sea la prueba más dura del mundo por la dureza del recorrido y por la calidad de los ciclistas colombianos en las subidas».