Los tres hombres y la mujer que fueron encontrados muertos en el casco histórico de Toledo este martes por la noche no tenían aparentemente signos de violencia, y su muerte podría deberse a una intoxicación.
Son los últimos datos que aportan fuentes de la Delegación del Gobierno, aunque ya anoche encastillalamancha.es pudo informar anoche de que la principal hipótesis que se maneja es que las muertes se produjeron por una intoxicación por monóxido de carbono, producida por la mala combustión de una estufa.
Cuatro personas muertas desde hace varios días
Una mujer allegada a una de las víctimas fue la que alertó al Servicio de Urgencias y Emergencias 112 de Castilla-La Mancha les había echado de menos y había puesto en alerta, dado que no tenía noticias desde el viernes pasado, 15 de marzo. Nadie imaginaba aún que la llamada conduciría al hallazgo de cuatro cadáveres, todos con signos de descomposición.
La llamada al 112 se produjo a las 19:19 horas, según información confirmada por ENCLM. El primer dispositivo desplegado sobre el lugar de los hechos lo integraban agentes de la Policía Local, de la Nacional, los Bomberos de la ciudad de Toledo y un médico de Urgencias, el encargado de certificar las muertes. Algunas fuentes relacionadas con estos hechos describen a ENCLM que las primeras imágenes eran dantescas, incluso para agentes de gran experiencia.
Toledo: intoxicación por monóxido de carbono por una estufa, posible causa de las muertes
Los bomberos han sido los encargados de abrir la puerta y de entrar junto a un oficial de la Policía Local. El fuerte olor les ha llevado hasta el primer cadáver, el que en peor estado de descomposición estaba, encontrándose con una imagen horrible, incluso para este tipo de profesionales acostumbrados a las emergencias. El médico ha sido el primero en confirmar la muerte de las cuatro personas.
De hecho, en esa primera inspección ocular, antes de que llegaran la Policía Judicial, la Científica y el juez, ni siquiera se pudo identificar el sexo del primer cadáver hallado, debido al grado de descomposición que presentaba. Posteriormente, se ha podido conocer que los cuerpos eran de una mujer y tres hombres, de entre 50 y 60 años.
Una vivienda alquilada por habitaciones
Las fuentes citadas relatan que las primeras inspecciones oculares arrojaban la impresión de que los cuerpos podían llevar muertos dos o tres días y alguno más el primero encontrado. Ninguno de ellos ha podido ser identificado, puesto que no se encontró ningún tipo de documentación que llevara a ello.
Los cadáveres han aparecido en tres habitaciones diferentes, un cuerpo en una habitación, otro en otra y dos en una tercera. En la vivienda. Los cuerpos sin vida han sido hallados en el edificio número 12 de la cuesta de Santa Leocadia. Lo que sí han encontrado es un contrato de un contrato de alquiler, que está a nombre de una mujer de nacionalidad española. Se trata de una vivienda que se encontraba alquilada por habitaciones, lo que explicaría que cada uno de los individuos haya aparecido en un cuarto diferente, salvo en una de las habitaciones que había dos cuerpos.