Hace más de 20 años que nació la Asociación de Desaparecidos en Rusia con el fin de localizar a los soldados que combatieron en el bando de la División Azul hace más de 70 años. Los miembros de la asociación afirman que su labor se centra en localizar, identificar y, si la familia lo desea, repatriar a los que allí murieron. Los resultados de su último viaje son muy positivos de cara a los próximos trabajos que quieren emprender, aunque tendrán que esperar a mayo cuando el duro invierno les deje retomar su labor.
Después de unas cinco horas les encontró y lo primero que hizo fue pedir perdón. Sabía donde había un cementerio de soldados españoles ya que ella había tenído que arrancar las cruces de madera que identificaban cada una de las tumbas para hacer fuego porque «nos moríamos de frío». La historia que vivió Shoya, una ciudadana rusa de 97 años, no acaba ahí. Ella vio como su hermano se enroló en los combates contra los alemanes y, por tanto, también contra la División Azul. Su hermano moriría con 17 años y, ahora, arrepentida de haber quemado esas cruces buscó durante horas a los españoles de la Asociación de Desaparecidos en Rusia para ayudarles en sus trabajos de localización de estos soldados.
Ésta es solo una de las historias con las que conviven los miembros de la asociación que desde más de 20 años viene trabajando en la localización, identificación y repatriación de los soldados de la División Azul. Todo comenzó cuando dos toledanos prometieron a su abuela en el lecho de muerte que encontrarían los restos de su tío abuelo Mariano Polonio en Rusia y los traerían a España. Estos chicos, Fernando y Miguel Ángel Garrido, van sumando esfuerzos a su causa y amigos que deciden acompañerles «por puro sentimentalismo», explicaba a Encastillalamancha Antonio Velasco, uno de los miembros de la Asociación.
Abriéndose paso en Rusia, trabajando con sus fondos propios, sin ayuda económica de nadie, y con la colaboración de la asociación rusa Dolina, de la alemana Volksbund y el apoyo del pueblo ruso han conseguido localizar e identificar a más de 4.000 soldados. Si bien todos no son repatriados, si tienen una despedida después de los años (como se puede ver en el video).
El trabajo que realizan los miembros de la asociación (como se ilustra en las diversas imágenes) no solo incluye localizar las tumbas o fosas comunes en algunos casos; sino que también cavan, buscan, identifican y entierran a los soldados caídos.
Antonio Velasco junto a Luis Avial que les acompañó para ayudarles en las tareas de localización.
El útlimo viaje realizado fue en el mes de septiembre y ha sido «uno de los más fructíferos» porque es el principio de la recuperación de varios cientos de soldados. En anteriores viajes habían conseguido encontrar dos, tres… En este último viaje unos 16 y la previsión para el próximo es muy positiva porque cuentan con seis o siete localizaciones (entre cementerios y fosas comunes) para trabajar el próximo mes de mayo.
La localización no es sencilla. Normalmente han trabajado con detectores de metales, si bien en esta última ocasión han incorporado drones, cámaras térmicas, perfilómetros, un georadar… e insisten «nos financiamos con fondos propios» y «no admitimos ni un solo donativo» y, puntualizan, «cada uno se paga su viaje, su hotel…»
Chapa identificativa de los soldados desaparecidos.
Fernando Garrido, Shoya y Antonio Velasco.
Unos 1.000 soldados son los que quedan por localizar tras más de 20 años de trabajo durante los cuales se han encontrado con historias que les han conmovido como, por ejemplo, la del señor que se encontró en su jardín enterrado un soldado español y, como no sabía que hacer, lo metió en una cajita y lo volvió a enterrar en el jardín. A los 10 años vende su casa y se acuerda de que está el soldado enterrado allí. Lo desentierra y se va al bosque para enterrarlo junto a un árbol concreto. Años después cuando se entera del trabajo de la asociación y, en uno de los viajes, contacta con ellos y les cuenta que durante 20 años le ha cuidado porque pensaba que tendría un padre y una madre que estarían pensando en él.