Ni el Domingo de Resurrección la lluvia ha dado tregua. En la última procesión de la Semana Santa de Toledo, la de Nuestra Señora de la Alegría y Jesús Resucitado, ha tenido que dar media vuelta y encaminarse a la iglesia de San Andrés, porque ha comenzado a chispear.
Iba a ser un año muy especial, porque por primera vez en esta procesión, que no es de las más multitudinarias de Toledo, se iban a abrir las puertas del Palacio Arzobispal tras el encuentro en la Plaza del Ayuntamiento, pero finalmente la lluvia lo ha impedido y se ha tenido que producir en la iglesia de San Andrés.
Allí, el encuentro ha sido presidido por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, y ha supuesto el punto y final a una Semana Santa en la que la lluvia ha sido la gran protagonista, con una gran cantidad de procesiones canceladas por toda la región.
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