La imagen habla por sí misma. Poco más que explicar. Si acaso aclararles, por si no lo vieran bien, que es la sede del Partido Popular en Cuenca. Y así ha amanecido esta mañana, después de la concentración del miércoles 29 de febrero por la tarde noche. Como es evidente, no se sabe quién o quiénes fueron, pero la realidad es la que ven.
De hecho, la Diputación Provincial de Cuenca ha condenado «los ataques vandálicos que a lo largo de la madrugada han sufrido varios establecimientos comerciales de la capital, el mobiliario urbano, y la sede del PP». De hecho, el vicepresidente de la institución, Carlos Algaba, ha mostrado su solidaridad con los afectados y lamenta «que para algunos la democracia y el talante se terminen cuando las urnas no les daban la razón».
En las pintadas se pueden leer palabras como «ladrones, cabrones, quemar o asco».
No hace falta realizar más comentarios.