miércoles, 27 de noviembre de 2024
En el Hospital General 24/11/2014junio 8th, 2017

UPyD ha denunciado hoy la situación que vive la sanidad regional con grandes listas de espera que alargan los tiempos de intervención sanitaria y dificultades para acceder a determinados fármacos oncológicos.

Juana María Cano, oncóloga del Hospital General Universitario de Ciudad Real, ha denunciado el ocultismo del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) al no hacer público las listas de espera que, ha recordado, se deben «publicar y ser transparentes» con el fin de que los ciudadanos y los pacientes sepan cuánto tiempo llevan incluidos en las listas y cuándo deben esperar para ser atendidos.


Cano ha comentado que el Sescam está publicando algunos datos, pero que no cumplen con la reglamentación actual, porque siguen sin contar con la información básica que se debe dar a los ciudadanos.

UPyD ha asegurado que hasta junio de 2014 existían casi 140.000 pacientes en lista de espera que ha reducido, ha comentado, en base a un plan de choque en el que el Sescam invirtió 15 millones de euros.

Gran parte de este dinero, ha razonado Cano, «se ha dedicado a mandar fuera a Madrid, a clínicas como Ruber o la Fundación Jiménez Díaz, a los pacientes cuando resultaba más barato que mandarlo a clínicas privadas de la comunidad».

En cuanto a la problemática que existe con respecto a los fármacos oncológicos por su elevado coste, ha afirmado que los facultativos pueden o no emplearlos en el tratamiento de la enfermedad dependiendo del centro hospitalario y de su presupuesto.

En este sentido, ha dicho que los fármacos están aprobados pero que, sin embargo, «no hay libertad en la practica para poder» prescribir a los pacientes.

«No solo hay diferencias entre comunidades autónomas, sino entre hospitales. De hecho, en el ‘Mancha Centro’ de Alcázar o Manzanares, con presupuesto relativo, pueden prescribir con más alegría al tener un presupuesto más holgado que, por ejemplo, Ciudad Real», ha dicho.

Todo ello, ha comentado, «depende del arbitrio del director médico y aunque exista muy buena voluntad, impera el presupuesto del hospital», ha terminado. 

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