¿Qué es lo peor que ha visto hacer en investigación con fondos públicos? ¿En tiempo de bonanza se han estado pagando investigaciones digamos poco prácticas?… ¿Qué es lo que más necesita y no tiene?… ¿Cuál ha sido el obstáculo más difícil de superar?… ¿Cuál es el “no” que más le ha costado dar?… Son algunas de las preguntas que le formulamos a José Manuel Velasco, director general de Universidades, Investigación e Innovación y pueden leer sus respuestas en las próximas líneas, que forman parte de la entrevista que publicamos íntegra en portada.
¿Qué es lo peor que ha visto hacer en investigación con fondos públicos? ¿En tiempo de bonanza se han estado pagando investigaciones digamos poco prácticas?
Yo creo que no es que se hayan estado pagando investigaciones sin interés, sino que lo que ha faltado en los último años es establecer una verdadera estrategia para cada una de las regiones y países, con la finalidad de que partiendo del principio de especialización cada uno intente ser mucho mejor en aquello donde uno tiene más oportunidades. Si me pregunta qué se ha hecho mal en la investigación, pues creo que, con independencia de que investigar en cualquier campo y en cualquier sitio siempre es bueno, sí es cierto que es mucho mejor que la investigación esté dirigida a que en cada sitio se produzca aquello para lo que geográficamente se den más facilidades o incida en factores económicas, porque eso va a suponer desarrollo, empleo, etc…
“¿LO QUE MÁS NECESITO Y NO TENGO? LO QUE TODOS, MUCHO MÁS DINERO”
¿Qué es lo que más necesita y no tiene?
Lo que necesitamos todos, mucho más dinero.
¿Es lo primero que pediría?
Es lo primero que pediría, sí.
¿Se ha planteado algún reto?
Poner la base para que el período 2014-2020 se desarrolle con total normalidad y con recursos suficientes y acompasados a las necesidades de nuestra región.
¿Competimos en igualdad de condiciones con otras regiones en esos fondos?
Los fondos vienen determinados desde la UE para cada una de las regiones y países. Yo creo que no es una cuestión de competir, sino de rentabilizar esos fondos lo más posible.
¿Cuál ha sido el obstáculo más difícil de superar?
La deuda. Sin lugar a dudas. Había deudas con empresas, había deudas con organismos, había deudas con centros tecnológicos, había deudas con universidades… Muchas deudas, que han consumido parte del presupuesto que podríamos haber dedicado a otras cosas, pero… El punto de partida era pagar, porque si no muchas empresas corrían peligro; o que los centros tecnológicos cobrasen los proyectos ejecutados, porque si no tenían que despedir a gente…
¿Cuál es el “no” que más le ha costado dar?
Hay varios; ja, ja, ja…
Bueno, no tiene por qué ser uno.
Los noes que más me cuesta dar es cuando alguien llega con un proyecto bonito, que sabes que puede ser interesante y por las circunstancias económica tienes que decir que no. Y han sido algunos.
¿El sí que ha dado más satisfecho, más convencido?
No ha habido un sí concreto. En general, las cuestiones que han tenido que ver con la investigación e innovación. Yo estaba convencido de que con paciencia y mucho trabajo el Gobierno iba a ir solucionando todos esos problemas de deuda, pero la parte de investigación pensé que era más difícil. Porque estábamos cambiando de período Feder, del 7-13 al 14-20 y había que trabajar para terminar bien uno y comenzar bien otro y sentar las bases del futuro.