Esta primavera se cumplen 165 años de la primera excavación arqueológica en Guarrazar, el yacimiento visigodo donde se descubrió el maravilloso conjunto de coronas de oro y piedras preciosas que se conservan, en parte, entre París (Museo de Cluny) y Madrid (Museo Arqueológico Nacional), pero aquella primera excavación se paralizó durante casi un siglo y medio, hasta 2002.
El arqueólogo que en 2013 se hizo cargo de los trabajos de investigación de Guarrazar, y actual director del yacimiento, Juan Manuel Rojas, ha contado a la Agencia EFE que aunque las excavaciones estuvieron 143 años paradas, los hallazgos ya realizados y los que aún faltan hacen indicar que este yacimiento va a tener «una gran proyección a nivel internacional».
El tesoro visigodo de Guarrazar se descubrió el 25 de agosto de 1858 y apenas ocho meses después, en abril de 1859, el historiador José Amador de los Ríos acometió las primeras excavaciones por encargo de la reina Isabel II.
Aquellos trabajos duraron menos de un año y se detuvieron casi un siglo y medio, hasta que el arqueólogo alemán Christoph Eger, gracias a una beca del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, retomó las excavaciones entre 2002 y 2005.
De nuevo los trabajos volvieron a quedar paralizados hasta que en 2013 Rojas intervino en la zona para descubrir varios interrogantes, entre ellos porqué el tesoro se encontró en ese lugar y qué más había detrás de esa historia.
Rojas ha achacado la paralización de los trabajos durante tantas décadas a «cierta apatía que hay, en general, en nuestro país por los temas culturales» y ha señalado que más allá de las coronas de los reyes visigodos encontradas «la simbología que encierra el tesoro es muy importante y mucho más interesante», como también lo es «saber porqué esas joyas estaban aquí».
El arqueólogo ha explicado que varios historiadores del siglo XX llegaron a asegurar que Guarrazar era «un sitio insignificante» y que lo lógico era que el tesoro procediera de Toledo -capital del reino visigodo y situada a diez kilómetros del yacimiento- y que con la invasión árabe del año 711 se hubiera escondido en esa ubicación.
«Una cosa que siempre me había parecido absurda -ha argumentado- porque no tiene mucho sentido y porque en los casos que se conocen de descubrimientos de tesoros siempre están relacionados con un asentamiento que hay al lado. A mí me parecía que el tesoro podía ser de aquí».
Gracias a las excavaciones de los últimos años, Rojas ha constatado la existencia de una basílica, entre otros edificios, de grandes dimensiones -unos 500 metros cuadrados- y fabricada con mármol, algo que no era habitual en la época.
Ofrendas de reyes
Los reyes, obispos, abades y nobles solían acudir a los santuarios para dar gracias o hacer peticiones a través de ofrendas, lo que explica la existencia del tesoro en Guarrazar.
Pero, además, Rojas ha señalado que los símbolos que aparecen esculpidos en las coronas de los reyes tienen una gran semejanza con los que aparecen grabados en los edificios, lo cual evidencia que «existe una relación importante» entre la basílica y el tesoro y viene a confirmar que el tesoro «es» de Guarrazar y no de Toledo u otro lugar.
Por otro lado, al lado de la basílica se han localizado restos de unos baños rituales y un hospital: «En la antigüedad, la gente entendía la curación con algo relacionado con el bien y el mal, por lo que si te purificabas, conseguías la sanación física, que es lo que sigue haciendo en el santuario de Lourdes (Francia) en la actualidad», ha explicado el arqueólogo.
Todas estas razones evidencian la magnitud que tenía Guarrazar y la afluencia de peregrinos que acudían.
Con las excavaciones se está constatando la importancia del yacimiento, algo que repercute directamente en el municipio de Guadamur: «Nos llama mucha gente desde numerosas partes del país para reservar una visita y conocerlo», ha indicado.
Rojas ha agregado que los hallazgos que están por descubrirse van a suponer una gran proyección a nivel internacional y tiene claro que «Guarrazar es un yacimiento arqueológico que se está revelando como puntero por los hallazgos que estamos realizando y por los que se verán en el futuro» en cuanto a la época visigoda.
Precisamente este fin de semana, Guadamur celebra, con numerosas actividades, sus XV jornadas visigodas, con las que persigue poner en valor su importancia en esta etapa histórica.