Los integrantes de la Hermandad de San Isidro, de Talavera de la Reina, ultiman sus carrozas para el desfile del 15 de mayo por la ciudad, entre ellos la familia Corrochano-Martín, que lleva más de cuatro décadas haciéndolo.
Cada año se repite esta jornada en la que carrozas, caballos, mujeres vestidas con el traje típico de la ciudad, y cada vez más, algunas vestidas de sevillana; ensalzan la historia y la tradición de la agricultura y la ganadería de la zona.
Es de los días grandes de las ferias de mayo en Talavera de la Reina, que se preparan al menos con un mes de antelación.
Así lo hace Paqui Martín, de 78 años, que recibe a EFE en su granja situada a escasos cinco minutos de Talavera de la Reina, donde, entre el ganado, su núcleo familiar y ella sitúan una gran plataforma con ruedas en la que construyen año tras año la carroza con la que desfilar junto a las 3.000 personas que suelen participar en el desfile.
Paqui Martín explica que la Hermandad de San Isidro -de cuya junta directiva forma parte desde hace 35 años, al igual que su marido, Marcelino Corrochano- está conformada por ocho sectores que tienen estructura directiva propia y que, con las carrozas que preparan para cada 15 de mayo, representan a los barrios de la ciudad y también a Talavera la Nueva.
La familia pertenece al cuarto sector, que encarna el camino de Los Caños y cuya presidencia recae en Ángel Muro y Pilar Martín, cuñado y hermana de Paqui.
Cada año crean una nueva temática
Cada año cambian la temática y en cada edición presentan una carroza diferente, indica Paqui Martín, quien relata: «Hemos hecho una panadería, una confitería, antiguo comercio, la Real Fábrica de Sedas, la cerámica de Talavera».
Y ahora toca hacer “las tareas del campo”, en una representación en la que buscan plasmar lo más fielmente posible elementos como un pozo, una trilla, costales de trigo o cebada molida o una zona de cultivos.
Asimismo, Paqui Martín detalla: «Estamos montando una casa. En la parte de fuera nos vamos a sentar los mayores a coser, y dentro vamos a simular una cocina con chimenea, una mesa en la que se va a hacer gazpacho y en el techo vamos a colgar chorizos de verdad, como si los acabáramos de hacer».
Hasta que se coloca el último detalle, la familia dedica todo un mes de trabajo diario para que, en el desfile, tirada por un tractor, se suban a ella ocho personas y que preceda a una carroza complementaria, donde se sitúan los niños.
En este sentido, Paqui relata: «Aunque se aprovecha más los fines de semana, mis hijos, nietos, los amigos, los maridos, vienen a diario, a partir de las ocho de la noche, cuando salen de trabajar», lo que convierte la tarea «en algo muy bonito, muy familiar», subraya.
Asimismo, avanza que el próximo miércoles, día del desfile, saldrán de la granja a las 9.00 horas de la mañana, para estar a las diez en la plaza Pan, donde se inicia el recorrido y donde ultiman los preparativos para un desfile que recorre algunas de las principales calles y avenidas de la ciudad hasta llegar a la ermita de San Isidro, donde se oficia una misa de campaña.
Se dan premios a las mejores creaciones
Nuria, una hija de Paqui, cuenta que una vez finalizada la ceremonia religiosa el jurado popular otorga premios honoríficos a las mejores carrozas, y añade: «Pero además hay un premio económico para todos los sectores para apoyarnos al año siguiente, nos dan la misma cantidad de dinero para ayudarnos a todos por igual”.
«Es muy difícil dedicar a esto mucho tiempo, pero aunque vengo cansada del trabajo, con la ilusión que le hace que esté, ya me merece la pena», comenta Nuria mientras mira a su madre entre pincelada y pincelada, al tiempo que reconoce: «Nosotros, los hijos, los nietos, no tenemos sus conocimientos, sus ideas para hacer y pensar temáticas”.
Pero Paqui, al ser preguntada por el relevo generacional, sonríe y sentencia: «Mejor pensar en el día a día».