En Castilla-La Mancha el melón cuenta con su propia Indicación Geográfica Protegida. Se trata de los melones de la variedad «Piñonet» o «Piel de Sapo» que tienen forma elipsoidal u ovoide.
Como describe el Ministerio de Agricultura en su página web, «la corteza puede ser lisa o ligeramente rugosa, con un grosor medio de 0,6 a 0,8 centímetros. Presenta un escriturado o asurcado longitudinal de intensidad variable, normalmente más abundante cerca de la zona del pedúnculo y de la cicatriz del pistilo. Predomina en la piel el color verde, con manchas oscuras de tamaño medio, uniformemente distribuidas, tornando en la madurez hacia el amarillo. La pulpa es de color blanco o cremoso. En la cavidad central, relativamente pequeña por relación a otras variedades, se halla la zona placentaria, de color anaranjado, en la que se encuentran las semillas».
Por otra parte, si se tiene en cuenta sensorial, se trata de una fruta que destaca por «el dulzor, la alta jugosidad y la escasa fibrosidad de su carne».
La zona de producción, acondicionamiento y envasado del melón está situada en la comarca natural de la Mancha y abarca los municipios de Alcázar de San Juan, Arenales de San Gregorio, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Daimiel, Herencia, Llanos, Manzanares, Membrilla, Socuéllamos, Tomelloso, Valdepeñas y Villarta de San Juan.
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