«Cuando las cosas se complican, las quinielas se acortan y aunque públicamente en el PP se habla de una lista más o menos extensa de posibles candidatos a la Alcaldía de Toledo, en realidad solo hay dos nombres con los que los responsables del partido ven posibilidades de ganar y gobernar: Jesús Labrador y Agustín Conde». Así se lo contamos en la noticia publicada el lunes 8 de diciembre bajo el título «Labrador y Conde, «finalistas» del PP para la Alcaldía de Toledo, ante la batalla más difícil». Y así están las cosas.
No es que no haya más nombres en las quinielas, que los hay; por ejemplo Claudia Alonso o Leandro Esteban. Es que los de Labrador y Conde son los más solventes, a la vista de los dirigentes del PP y de los sondeos, para afrontar una batalla tan arriesgada como sacar el 24 de mayo de 2015 cerca de un 40 por 100 de los votos, que será más o menos lo que necesite el Partido Popular para gobernar la joya de la corona, Toledo. Un buen candidato del PSOE en Toledo podría volver a estropear la fiesta al PP en su alcaldía más ansiada. No es ni mucho menos descartable que los socialistas consigan gobernar tras un pacto con las formaciones de izquierda que entren en el Ayuntamiento.
En otros tiempos solía decirse que el PP tenía 12 concejales en Toledo aunque presentara a una escoba (la mayoría absoluta son 13). Pues bien, ahora parte de 11, el peor resultado de su historia, lleva 8 años en la oposición, la siglas PP cotizan a la baja en España y las encuestas apuntan hacia un serio varapalo para el bipartidismo en las próximas convocatorias electorales, tanto municipales como autonómicas y generales.
Esta vez ser candidato en Toledo no es un mero trámite para acabar convertido en alcalde. Esta vez ser candidato en Toledo quizás no sea más que eso y un pasaporte a cuatro años de oposición.
¿Pagará el partido el esfuerzo si alguno de ellos asume el reto, pierde y trunca una carrera que cualquiera de los dos tiene bien encaminada por otros lares?
¿Quién sabe?
Agustín Conde, por ejemplo, sabe bien lo mal que paga el partido. Tras hacerle la cama su propio Gobierno en los tiempos en los que era el candidato del PP contra José Bono, prácticamente se enteró por la prensa de que lo quitaban del medio para poner a Adolfo Suárez Illana. Como compensación y pago a sus sacrificios, Ángel Acebes, entonces secretario general, le prometió un asiento en el Congreso para las generales de 2004. Por supuesto no cumplió, pasó 8 años como senador -y gracias- y no llegó a la Cámara Baja hasta que la lista la hizo íntegramente María Dolores de Cospedal, a finales de 2012.
Conde ya fue alcalde y la valoración de su gestión y su figura ha ganado con el tiempo. Su consideración de buen gestor es generalmente admitida y su calificación como una de las mejores cabezas que el PP ha tenido y tiene también es algo que asienten hasta sus más acérrimos enemigos y detractores, tanto dentro como fuera de la casa. Esas cualidades están en su haber y no se le escapan ni a Cospedal, ni a Vicente Tirado, ni a Arturo García-Tizón, las tres personas cuya opinión más cuenta en la elección y por ese orden. En su debe para las lides políticas, Conde adolece de un carácter fuerte y poco dado al disimulo. A Conde se le nota lo que no le gusta y los que no le gustan, aunque la edad y la experiencia han serenado antiguos impulsos. Su carrera transcurre en la actualidad entre el Congreso de los Diputados y el Consejo de Europa, muy alejada de los barrios toledanos y sus gentes en el día a día. No parece que quiera volver.
En cuanto a Jesús Labrador, su posición es envidiable para seguir ascendiendo en su carrera política a corto y medio plazo. Cospedal confía plenamente en él y su capacidad de resolución; es amigo personal de Tirado desde hace años y considera a Tizón casi como un padre; de hecho, se ha convertido en su mano derecha en el partido en Toledo. El delegado del Gobierno no parece que haya hecho planes para entrar en la política local, pero sabe que los responsables del PP y la opinión de los toledanos le colocan en posición de salida para la Alcaldía, al menos frente a otras opciones como Claudia Alonso o Leandro Esteban, que son los cuatro nombres sobre los que se pregunta en las encuestas y quizás alguno más.
Labrador ha mejorado su valoración al frente de la Delegación del Gobierno y sabe que su nombre está en la mente de todos. «¿Alcaldía de Toledo?… Cuando lleguemos a ese puente, cruzaremos ese río», nos dijo en el mes de abril, cuanto este periódico le preguntaba insistentemente sobre el asunto. Al mismo tiempo, no dudaba al confesar que le gustaría seguir siendo delegado del Gobierno.
Conde ya fue tentado para la Alcaldía de Toledo en 2011, cuando ni él ni Tizón quisieron y se optó finalmente por Paloma Barredo. El PP no quiere repetir el error. Cuentan que a Cospedal no se le olvida aquella dolorosa derrota que encumbró a Emiliano García-Page y que tomó la decisión más o menos «engañada» sobre las posibilidades electorales de la hoy directora general.
Ahora no dará opción y no admitirá un no por respuesta. Como muy bien explicaba Agustín Conde con unas proféticas palabras en una reciente entrevista mantenida con encastillalamancha.es, «en las últimas elecciones municipales en Toledo hicimos muchas cosas mal y una de las cosas que hicimos mal es que algunos dimos la sensación de querer quitarnos del medio. No debemos repetir ese espectáculo. Y que, por lo tanto, sea cual sea la decisión que se tome, nadie debe decir yo no quiero estar. Ahí tendrá que estar el que tenga que estar, pero, desde luego, no podemos deshacernos en una declaración detrás de otra diciendo pase usted, que a mí me da la risa».
Así es. Ahora nadie dirá que no si llega el momento. Eso sí que lo tienen todos claro, por mucho que altere sus planes y por muy complicada que sea la misión.
La decisión aún no está tomada, no llegará hasta febrero y dependerá también de los datos que arrojen las últimas encuestas. Pero las cartas principales ya están bocarriba esperando cuál de ellas es la que finalmente abre la partida.
Si el PP sale a por todas, solo hay dos nombres: Jesús Labrador y Agustín Conde. El resto pasan por otro tipo de estrategias, que les iremos contando.