Ignacio Echániz, consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de CLM.
Castilla-La Mancha subirá en 2015 el gasto sanitario por persona de los 1.122 euros de 2014 a los 1.147 del año próximo, aunque aún continuará por debajo de los 1.346 euros de gasto sanitario por persona que había en 2010, antes de los ajustes.
Así, la mayor parte de las comunidades autónomas prepara leves incrementos en sus presupuestos sanitarios para 2015, año electoral, si bien aún quedan lejos de las inversiones realizadas en 2010, antes de los recortes presupuestarios. Esa es la conclusión del análisis de los proyectos presupuestarios que tramitan las diferentes autonomías que ha realizado la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
Con esos datos provisionales -ningún presupuesto ha sido aprobado aún-, el estudio indica que las autonomías destinarán una media de 1.257,82 euros por persona a la Sanidad, es decir, 52,85 euros más que en los presupuestos que se ejecutan este año, un alza del 4,38 %. Sin embargo, ese gasto no supera los 1.343,95 euros por habitante que invertían en 2010, 86,13 euros más que lo presupuestado para 2015, un 6,40 %.
De acuerdo con el análisis de FADSP, los presupuestos sanitarios, analizados con el parámetro de gasto por habitante, aumentarán en todas las autonomías excepto en Cantabria y Galicia, aunque ese incremento se debe en parte al descenso de población que han sufrido la mayor parte de las autonomías.
Sólo dos comunidades han presupuestado más dinero en 2015 que en 2010, Aragón y la Comunidad de Madrid, si bien los defensores de la sanidad pública achacan esos incrementos a las transferencias al sector privado. El País Vasco y Navarra se mantienen como las comunidades que más dinero destinan a la sanidad, mientras que Aragón ha desbancado a Asturias del tercer lugar.
Andalucía, la Comunidad Valenciana, Cataluña y Castilla-La Mancha son, por ese orden, las regiones que menos dinero por persona tienen previsto invertir en sanidad en sus proyectos presupuestarios para 2015. Otra de las conclusiones a las que llega la Federación es la «gran dispersión» que existe en los presupuestos sanitarios per cápita.
En 2015 la diferencia entre el máximo y el mínimo es de 544,02 euros y la diferencia no sólo no se reduce, sino que aumenta, pues la ratio máximo/mínimo es de 1,54, algo inferior a la de 2014 pero mayor que la de 1,46 de 2010.
La Federación plantea que el aumento de los presupuestos es «claramente insuficiente» para abordar los problemas sanitarios de España, pero supone el reconocimiento de que los recortes realizados en el sector «eran claramente incompatibles con una prestación sanitaria de calidad» y eran «lesivos para la salud de la población».