miércoles, 25 de septiembre de 2024
01/01/2015junio 8th, 2017
César del Río César del Río

A Miguel Pajares le fundió el ébola por dentro, por fuera ya lo había hecho la sociedad occidental cuando se cansó de pedir soluciones, que no obtuvieron respuesta, claro, «para una enfermedad muy rara que el que la coge se muere», como le contó Miguel hace ya un año y pico a su gran amigo Abdón García en un verano de vuelta desde la lejana África a su pueblo, La Iglesuela, en Toledo, donde fueron noticia mundial durante una semana, la que prácticamente transcurrió desde que el «bicho» llegara con Pajares a España y ya no saliera del trance.

Quizás a Miguel se le recuerde cientos de años después por ser el primer europeo que trajo la enfermedad al continente y se le sigan rindiendo los honores oportunos, como 400 años después le sucedió al Greco, ese pintor de brocha fina y trazo grande al que ha sucumbido media España (la otra media prefiere «salvarse» adecuadamente) con dos exposiciones y multitud de actos que han hecho del cretense-toledano un referente mundial que más de un millón de personas no se han querido perder. «El griego de Toledo» encandiló, enamoró, subyugó… Nunca más se verá tan magna exposición, no…


Lo más humano del año fue el impresionante despliegue que los compañeros del guardia civil Román David Gómez realizaron para que éste regresara a la realidad de la forma más cómoda posible. Tiroteado a finales de 2013 durante un atraco, no hubo día de 2014 que alguien no se acordara de él. En silla de ruedas y con lágrimas en los ojos, comprobó cómo miles de personas, la mayoría desconocidas para él, «corrían X Román». Créanme, la solidaridad aún existe.

Otro tiro insospechado, el de la mala fortuna, entró en la cabeza de Ángela Sánchez, una joven de Los Navalmorales (Toledo) que la única culpa que tuvo fue que «pasaba por allí», por una céntrica calle de Talavera donde a un ladrón, cuando bajaba de robar en una casa y estaba aún dentro del portal, se le disparó fortuitamente el rifle y la bala atravesó el cristal de la puerta, salió a la calle y fue a parar a la cabeza de Ángela. Era julio. Cinco meses después, la joven comparecía ante los periodistas tras una asombrosa recuperación. La fortuna también había llamado a su puerta.

Y de política… Pues eso, que entramos de lleno en la lucha a insulto y descalificación limpios (es un decir, lo de limpios, digo, lo otro no) porque llegan las elecciones autonómicas y municipales. Con eso está todo dicho, para qué más. Eso sí, aprovechen que en estos próximos cinco meses los políticos no pararán de saludarles por la calle, de darles besos y abrazos y de dedicarles seis o siete segundos de su des-preciado tiempo para tratar de captar su voto al grito de prometo, prometo y prometo…

Así que nos veamos otro año más. Y como por aquello de que seguro que lo mejor está por llegar, pónganse el mundo por montera y sigan toreando a esta desgraciada crisis como mejor sepan y puedan. Dentro de un año podemos estar contándoles lo mismo, o no, pero seguro que tendrán miles de razones para entender que, pase lo que pase, la vida siempre puede ser maravillosa (Montes dixit).

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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