El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, haya ofrecido a la Región de Murcia un convenio para subvencionar el agua desalada a los regantes del trasvase Tajo-Segura durante 10 años. Para el presidente regional la solución no pasa por «quitarnos el agua unos a otros», sino por cogerla «de donde es inagotable».
Así se ha pronunciado durante su viaje a Escocia para conocer iniciativas del tercer sector, explicando que si Castilla-La Mancha tuviese salida al mar, «estaríamos desando incorporarnos a ese modelo de convenio que propone la ministra Ribera porque es una aportación inagotable, si hay que hablar de precio hay que hablar de costes y es razonable hacerlo y permite que puedan satisfacerse todas las demandas, las de Castilla-La Mancha, que las necesita, y las del Levante.
Page ha defendido que la desalación que es «enormemente compatible» con el medio ambiente y también «se han optimizado mucho los costes», por lo que cree que ahora hay que «calibrar hasta dónde se puede subvencionar».
«Estaríamos cambiando el agua que ya subvenciona por España, la del tajo, porque no se está pagando lo que vale, se está pagando mucho menos en el levante, por agua del mar, que tiene unos costes, pero que está siendo muy utilizada en el mundo», ha defendido Page.
Celebra que se «vaya ganado esta batalla»
En este sentido, Page siempre ha defendido la desalación como solución para poner fin al trasvase, o por lo menos para aminorar sus aportaciones, por lo que ha celebrado que se vaya «ganado esta batalla», explicando que no solo se está ganando «en las leyes y los tribunales», en referencia al nuevo Plan Hidrológico del Tajo y a las sentencias del Tribunal Supremo, sino también «culturalmente, socialmente», dado que entiende que «cada día es más evidente, no hay más camino y más opción, que viene a recoger buena parte de los planteamientos «que hemos dicho»
Por último, ha tendido su mano como presidente autonómico para que «a que no le falte agua a nadie en España, para beber, para uso industrial, pero también, si la usamos bien, para regadío».