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domingo, 24 de noviembre de 2024
Imagen de archivo de un hundimiento en una calle de Tomelloso
Imagen de archivo de un hundimiento en una calle de Tomelloso
Colaboración institucional - 28 junio 2024 - Tomelloso

El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Julián Garde, y el alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, han suscrito un convenio de colaboración que viene a ampliar el estudio de análisis y de propuestas de actuación en las cuevas del barrio de La Esperanza de la localidad ciudadrealeña que vienen desarrollando desde 2022 investigadores de la institución académica.

El alcalde ha reiterado que la situación del barrio de La Esperanza se puede considerar «el mayor problema que tiene Tomelloso», porque hay personas que perdieron sus viviendas y había riesgo de daños personales que, «afortunadamente no se han producido en los colapsos que ha habido».


El gobierno municipal entiende, ha dicho «que no se puede vivir de la suerte y de la fortuna» y que «había que adelantarse a los hundimientos«. Así se ha hecho, ha recordado, invirtiendo casi 300.000 euros en el fortalecimiento y mantenimiento para garantizar la estabilidad del sistema de cuevas (cuyo origen era la extracción de arena), de la calle Príncipe Alfonso con calle Almería.

El compromiso del equipo de Gobierno no es solo garantizar la estabilidad de los sistemas de cuevas identificados, para adelantarse a los colapsos, sino también, ha señalado el alcalde, seguir investigando y ampliando el ámbito de estudio para tener «un mapa de la realidad del subsuelo de Tomelloso».

Se trata, de «poner herramientas eficaces para que lo que hasta ahora no ha sucedido por fortuna, no suceda tampoco en el futuro». Algo para lo que espera la colaboración del resto de administraciones a las que se le ha solicitado desde el Ayuntamiento, «aunque hasta el momento solo tenemos el compromiso de la Diputación Provincial». «Les pedimos ayuda, no para el Ayuntamiento sino para los vecinos porque es problema que afecta a barriadas enteras».

Navarro ha agradecido la implicación de la UCLM y el trabajo del equipo interdisciplinar que trabaja en las cuevas en colaboración con los técnicos municipales, con la «complicidad y empatía» de los propietarios de las viviendas.

El rector, de su lado, ha dado las gracias al Ayuntamiento por confiar en la UCLM para la realización de este trabajo. Una colaboración que está abierta a cualquier otro ámbito de interés para el municipio, ha dicho Garde, y que forma parte de la «misión de la Universidad» de «ser útil a la sociedad que la soporta».

Algo para lo que cuenta con tres grandes herramientas: docencia, investigación y transferencia del conocimiento. El trabajo que se está realizando en Tomelloso ha añadido es un claro ejemplo de esa labor, porque va a servir para entender y resolver el problema.

El acuerdo

Investigadores de la UCLM continuarán durante tres años más con los trabajos de análisis para la estabilización de las cuevas del barrio de La Esperanza en Tomelloso, algunas de las cuales llegaron a colapsar en 2021 y 2022 y tuvieron como consecuencia el hundimiento de varias edificaciones y calles.

Ello será posible en virtud de la ampliación del convenio de colaboración, el cual permitirá el estudio de la cartografía, análisis, diagnóstico y un plan de acción de las cuevas del municipio ciudadrealeño.

El nuevo acuerdo tiene una dotación económica de 336.644 euros por parte del Ayuntamiento de Tomelloso y concreta una serie de actividades que, como hasta la fecha, serán desarrollados por un equipo multidisciplinar de investigadores de la UCLM, liderados por los profesores de la Escuela de Arquitectura del Campus de Toledo, el arquitecto José Aguado Benito, y el geólogo Juan Alonso Aperte.

Los trabajos llevados a cabo en el anterior convenio han permitido localizar y cartografiar 140 cuevas y sistemas de cuevas en el entorno de Tomelloso.

Los resultados de esa primera investigación han proporcionado, entre otros, una cartografía de susceptibilidad del entorno de la zona de estudio, una primera caracterización mecánica del terreno, la formulación de un modelo de colapso, y la definición de los criterios de intervención basados en las observaciones contempladas anteriormente.

A pesar de los avances, los investigadores advierten de que aún existen «numerosos trabajos que deben ser abordados para reducir el riesgo de colapsos futuros».

Estas acciones quedan contempladas en el nuevo convenio y abarcarán desde la ampliación e intensificación de la campaña de prospección para localizar y diagnosticar nuevas cuevas, hasta la monitorización e intervención en aquellas que hayan sido identificadas como de mayor riesgo, así como una mejor compresión del problema mecánico y su relación con las variables ambientales.

El seguimiento y la monitorización de las cuevas permitirá una lectura precisa de los movimientos y acelerones en superficie y en las bóvedas, y podrá emplearse para la elaboración de un sistema de alerta temprana para decidir sobre el orden de intervención.

Como trabajos más concretos, el convenio recoge el reconocimiento, cartografía e inspección de las cuevas, utilizando técnicas como la interferometría radar y la realización de sondeos.

A ellos se suma, un sistema de monitorización que incluirá el seguimiento de la humedad, temperatura, dióxido de carbono y movimientos en el interior de las cuevas, para lo que se instalarán clinómetros, distanciómetros y fisurómetros que transmitirán los datos de forma remota; un análisis exhaustivo de las condiciones del terreno y su interacción con las estructuras de las cuevas, evaluando el efecto de las variaciones ambientales Además de estas taras, el acuerdo también incluye el desarrollo de un curso de formación para técnicos locales para la capacitación en inspección de cuevas.

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