miércoles, 25 de septiembre de 2024
El diputado regional del PSOE no optará a la Alcaldía de Toledo 12/01/2015junio 8th, 2017

Fernando Mora, actual diputado del PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha, ha anunciado a través de una carta que renuncia a las primarias de su partido y que, por lo tanto, no va a optar a ser el candidato socialista a la Alcaldía de Toledo, por lo que el camino para su compañera, la también parlamentaria Milagros Tolón, queda expedito.

Mora afirma que no se presenta a las primarias «para evitar interpretaciones descabelladas que pudieran socavar la intención de los votantes hacia mi partido, pero no porque no crea en mí y en un proyecto de ciudad progresista para Toledo».


Por su interés, reproducimos íntegramente la carta escrita por Fernando Mora:

«POR QUÉ NO ME PRESENTO A LA ALCALDÍA DE TOLEDO»

«Cualquiera que os reproche que no sóis razonables cree tener razón, y se apoya en ese sentimiento para ordenar, juzgar o dar consejos».

Michael Onfray.

«Hace poco más de un mes anuncié que era «mi intención» presentarme a las primarias que el PSOE ha de celebrar a la Alcaldía de Toledo. Posteriormente señalé que no me pronunciaría sobre mi decisión última hasta el 12 de enero.

El tiempo transcurrido desde entonces me ha hecho reflexionar profundamente sobre la política y los políticos, sobre la condición humana y sobre la importancia de la democracia interna dentro de los partidos políticos.

El PSOE ha sido en España pionero en el modelo de primarias para elegir a sus candidatos. Luego se han añadido algunas formaciones políticas, mientras que otras han optado por mantener las formas de designación «a dedo».

Desgraciadamente, al gran público le acaba importando poco el cómo y la manera que eligen los partidos a sus candidatos, y paradójicamente nos encontramos con que quienes optan por métodos escasamente democráticos utilizan la apertura de los partidos que hacen primarias para lanzar sobre ellos la sospecha de «división», «conflicto interno» o «cuestionamiento del líder». Difícilmente se podrá democratizar el funcionamiento interno de los partidos si este sistema de selección no se generaliza y es obligado por Ley, para todos y en las mismas condiciones. Es muy importante que los militantes y simpatizantes valoren el «mérito y la capacidad» de quienes han de ser los líderes de un proyecto social. De otra forma la capacidad del candidato quedaría gravemente disminuida salvo que éste concite el consenso que solo da el carisma de un liderazgo previamente reconocido.

Tenemos un reto muy importante, decirle a Cospedal que los ciudadanos no la quieren por el incomprensible daño al que ha sometido a todos, más allá de los propios dolores de una complicada crisis. La arrogancia, la prepotencia, el desprecio, la distancia y la incompetencia han sido una constante, tratando de aparentar que la mentira es una verdad absoluta. Con ser importante las trapacerías de modificar dos veces, por antojo, la Ley Electoral para acomodarla a su favor, o querer desactivar a la oposición socialista quitando la dedicación exclusiva a los parlamentarios, en un alarde soez de demagogia, lo más grave ha sido la falta de transparencia, la ocultación, los indicios de corrupción vinculados al caso Bárcenas y sobre todo una pésima gestión de la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales o la dependencia que han puesto a la región en la picota y el endeudamiento desmedido, desandando en 4 años la parte fundamental de lo construido en los 28 precedentes.

Esto no vendría a cuento si la estrategia electoral futura del Partido Popular no fuese a transcurrir por los derroteros de marrullería y malas artes que la han caracterizado con el fin de impedir, como sea, que el Partido Socialista vuelva a recuperar el Gobierno regional. Y tengo muy claro que yo no voy a ser un pretexto espurio más para que el PP ataque al candidato socialista a la Junta, ni un elemento que pueda distorsionar el objetivo último de mi partido: recuperar Castilla-La Mancha para los ciudadanos. Sencilla y claramente, no me presento para evitar interpretaciones descabelladas que pudieran socavar la intención de los votantes hacia mi partido, pero no porque no crea en mí y en un proyecto de ciudad progresista para Toledo.

Esto lo saben también quienes, a lo largo de este tiempo, han utilizado mi nombre en uno u otro sentido, o deliberadamente lo han callado, intentando enmarañar un proceso legítimo de elección directa, del candidato a la Alcaldía de Toledo, y que continuarían enmarañando muchísimo más si diese el paso de hacerlo, tanto si ganase como si perdiese.

Me debo a los ciudadanos y a las ideas que sostienen desde hace 135 años el Partido en que milito. Quienes creemos en la política de verdad somos, o debiéramos ser, poco importantes si nos comparamos con el inmenso quehacer que nuestras ideas tiene por delante –entre ellos ir recuperando ante la sociedad y nuestros electores la credibilidad perdida- , y jamás antepondré mis intereses o deseos personales, por legítimos que sean, a los intereses generales del Partido en que milito.

Agradezco mucho a mi mujer y mis hijos, que me han alentado para que diese el paso adelante, el sacrificio que siempre ha supuesto para ellos mi dedicación a las tareas políticas, también a los militantes, simpatizantes, ciudadanos y amigos que me han animado a que tomase la decisión a la que hoy renuncio. Espero no defraudar a nadie de los que me aprecian y quieren, porque estoy seguro que me entenderán y comprenderán, como espero de otros que no vean en mi renuncia un éxito personal sino un fracaso en sus formas de ser y entender la vida y la ética en lo público.

Es preciso, obligado y necesario hacer de la política un ámbito de trabajo efectivo en favor de la sociedad, de diálogo y confrontación legítima de ideas, de transformación de la realidad, de superación de las injusticias, de lucha contra las tropelías y los abusos, generadora de la solidaridad y la cohesión social que nos haga a todos más humanos y menos egoístas. Es imprescindible recuperar para toda la sociedad la ética y los principios esenciales de convivencia, recuperar la política -con mayúsculas-, evitando con ello ver en los demás instrumentos o enemigos, como pensaba F. Nieztche sobre la visión que los políticos tienen sobre los demás. En ello he estado, estoy y estaré siempre».

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