lunes, 25 de noviembre de 2024
Artículo de opinión 12/01/2015junio 8th, 2017

«Estamos inmersos en un tiempo duro, complicado y difícil donde la desesperanza y la desesperación de millones de españoles y europeos, son el centro de la actividad informativa actual y donde cunde el desánimo y la desconfianza en la Política y en los políticos y por ello, creo necesario reivindicar en estas líneas qué es sentirse político o lo que es lo mismo qué es ser político de sentimiento.

Me siento político desde siempre, aunque en realidad todos lo somos, todos llevamos un político o una política en nuestro interior tomando por consiguiente, como verdad aquella definición acuñada por el filósofo griego Aristóteles que decía que el hombre es un «zoon politikon» (animal político), un ser humano de la polis/ ciudad y es ahí, en la ciudad, en la calle donde deben concentrarse todos nuestros esfuerzos.


Sois muchos los que me paráis por la calle para hablar conmigo de Política, para preguntarme qué pienso sobre la actualidad de nuestro país y también, para darme ánimos para seguir luchando por aquello en lo que creo, a pesar de las muchas zancadillas que me pongan mis adversarios. Y lo único que acierto a decir es gracias, gracias por vuestro apoyo y fuerza.

Para mí militar en un partido político como el Partido Socialista Obrero Español es algo que forma parte de mi vida, de mis entrañas y de mi propio ser y que nació fruto del contacto con la gente. Por ello, creo que la mejor forma de hacer las cosas en Política para mí, es estar al lado de la gente, escucharla, tratar de atender todas sus demandas y hacer posible que la vida de las personas sea lo más llevadera posible.

Creo que en estos momentos, necesitamos volver a los valores de antes que impregnaron de verdad y sentido a la Política. Creo en una «Política de tasca» pues como socialista que soy, considero que la acción de la gente está en la calle, en los bares, en los trabajos, en las asociaciones, y en todos y en cada uno de los lugares donde la gente libremente se exprese a favor de los derechos de todos los habitantes que estamos en este mundo.

Siempre digo que yo no estoy viviendo una primera vida sino una segunda. Luché por salvarme a pesar de que aún así, quedó un resto importante que es la Hepatitis C que padezco pero estoy seguro que ese es un motivo más para seguir con fuerzas por el camino de la vida. Por eso, estoy en Política pues mi razón de ser es luchar contra las desigualdades sociales, culturales y de cualquier otra índole y es que si alguien quiere definirme como radical, que lo haga pues soy un radical contra aquello que me parece injusto y un radical que está a favor de todo aquello que me parece digno.

Cuento con el apoyo decía de mucha gente, entre ella mi familia y amigos a los que siempre agradezco que me aconsejen, que me guíen por el camino que para ellos resulta más correcto y adecuado para tener una vida llevadera. Sigo los consejos de mis padres: prudencia, moderación, esfuerzo, compromiso con los demás, entrega, afán de superación pero sin egoísmos, envidias, mentiras o rencores.

Provengo de una familia humilde que siempre ha dado lo mejor que ha tenido a los suyos y a los demás. No he visto nunca lujos ni riquezas materiales, pero tampoco lo persigo, pues me conformo con tener un sólo lujo: ver que mi esfuerzo diario repercute en el bienestar de todas las personas, pues esa es la esencia verdadera de la Política.

Me esfuerzo cada día en ser una persona humilde, honrada, sin tacha ni mácula, con sentido de la responsabilidad y criterio propio y a fe creo que lo consigo a pesar de mis errores, como ser humano que soy.

Quiero ser la mano que ayude a levantarse al que depende de ella, la sonrisa que busque aquel que está triste, la esperanza de quien no tiene trabajo, el bastón donde pueda apoyarse cualquier desamparado, la guía y referencia de los jóvenes de nuestro país que ahora no tienen trabajo o se han tenido que ir a otro para encontrar el empleo y salario que se les niega aquí. Por todo ello, mi desvelo es constante y mi compromiso no puede dejar de ser infatigable para convertir las plazas y pueblos de España en un grito unánime de alegría por los logros alcanzados, fruto de nuestro esfuerzo colectivo.

Yo no quiero la forma de gobernar que hoy día tienen España y Europa. Yo no quiero un Gobierno que está más pendiente de saldar la deuda económica a cambio de crear cada día más deuda social. Yo no quiero a un Gobierno que me dice que me calle, que agache la cabeza y me resigne a lo que tengo hoy. No. No voy a callarme ni ante este Gobierno ni ante nadie que crea yo que no lleve razón.

Una Política de sentimiento es aquella que hace posible levantar con fuerza a toda una nación y a su vez, a todo un continente. Una Política de sentimiento es aquella que elimina el llanto social y que hace posible que se cumplan los anhelos de millones de personas y por ello, estoy trabajando día a día.

Con todo esto, sólo espero una cosa: que mi mensaje llegue al alma de la gente, pues es ahí a donde debe ir toda acción política responsable, para así alcanzar de verdad la justicia e igualdad social que todos necesitamos ahora y siempre».

Diego Ruiz Ruiz es militante del PSOE de Polán (Toledo) y residente en Motril (Granada).

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