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viernes, 18 de octubre de 2024
Tesoros del Museo de Albacete
Tesoros del Museo de Albacete
TESOROS DE CASTILLA-LA MANCHA 19/07/2024julio 26th, 2024 - Albacete

 

Continuamos con la serie «Tesoros de Castilla-La Mancha« para descubrir 10 piezas únicas que permite, a mayores y pequeños, reencontrarnos con nuestras señas de identidad y que solo las podrás ver en el Museo de Albacete.


Te acercamos una selección de arte y cultura de la provincia albaceteña, que va desde la producción esmaltada que se realizaba en Hellín, convirtiendo a la localidad en el centro cerámico referente en el Reino de Murcia durante la Edad Moderna, pasando por la magnífica pintura al óleo de Benjamín Palencia, monedas de oro acuñadas entre 1775 y 1838, elementos ornamentales o muñecas romanas encontradas en Ontur. Sin duda, un buen plan para combatir el calor.

Tesoros en los Museos de Castilla-La Mancha

Zafa, Alfares de Hellín | Cerámica esmaltada| Último tercio del siglo XVIII 

Hellín fue el centro cerámico de producción esmaltada más importante del Reino de Murcia durante la Edad Moderna, tal como corrobora la documentación conservada en los archivos y los materiales arqueológicos procedentes de intervenciones arqueológicas en los conjuntos urbanos de Murcia, Cartagena, Lorca, Caravaca de la Cruz, Chinchilla de Montearagón o Liétor.

Esta zafa destinada al aseo personal tiene el valor añadido de estar personalizada. En el borde de la pieza puede leerse una leyenda en letras capitales que alude a la propietaria (Soi de mi señora Dª Josepha Encomedador). Este motivo decorativo arquitecturas se desarrolla entre el último tercio del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX en la loza bicolor y azul sobre blanco, logrando una gran originalidad y calidad en el dibujo, aunque de composición abigarrada. No es muy corriente este motivo decorativo y es muy posible que fueran cerámicas de encargo, debido a que la mayoría de las piezas conservadas presentan leyendas que aluden a sus propietarios. En el campo decorativo se representan desde edificios civiles hasta religiosos, coronados por aves de perfil, de largos cuellos y colas, que normalmente figura de un tamaño desproporcionado con respecto a los edificios. Y alrededor de la arquitectura se pintan motivos decorativos secundarios como ramos de flores o escamas imbricadas. La torre que se representa en la zafa del Museo de Albacete, se relaciona con la decoración de una de las olambrillas del pavimento del santuario de Nuestra Señora del Rosario de Hellín. Las dos torres están flanqueadas por decoración vegetal y se rematan por almenas y merlones. Las puertas de acceso son de medio punto.

A comienzos del siglo XIX los alfares hellineros seguirán manufacturando lozas, pero será a mediados de dicha centuria cuando se desvanezca con la entrada de nuevas producciones industriales, como las de Manises, la loza Pickman de Sevilla o la de La Amistad de Cartagena. Desaparece así del mapa cerámico español uno de los centros alfareros menos conocidos actualmente del panorama cerámico peninsular de la Edad Moderna y Contemporánea.

Zafa, Alfares de Hellín

La estación del Norte, Benjamín Palencia (Barrax, 1894 – Madrid, 1980) | Pintura al óleo

| 1918

En este cuadro vemos una técnica y colorido muy próximo al Impresionismo, en especial con la obra de Monet fechada en 1877, «Gare Saint-Lazare». En ambas se ha puesto un especial cuidado en la representación del humo, resuelto en la obra de Palencia por simples pinceladas que reflejan el colorido de la escena, a la vez que dejan entrever la arquitectura de la estación. Esta preocupación por los fenómenos atmosféricos y la incidencia de la luz a lo largo del día fue muy importante para estos pintores.

Al igual que otras composiciones de temática similar muestra una combinación de flexibilidad y solidez que llegará a su cénit en los paisajes de los últimos años de producción. Las figuras aparecen como simples personajes carentes de la individualización y personalidad que acompañará a las grandes figuras que pintará en estos años como protagonistas de las composiciones.

Destaca el uso de colores cálidos con un gran contraste entre rojos, amarillos, verdes y azules aplicados con una pincelada suelta próxima a la usada en el Impresionismo. Se observan leves guiños al Puntillismo que aprendió de Regoyos utilizado para el sombreado de los raíles del tren y los árboles.

Durante estos años es muy importante su producción de paisajes y temas urbanos. La modernidad que acompaña a la obra de Palencia aparece subrayada por la representación de la locomotora, símbolo por excelencia de esta renovación y que parece contrastar con la tradición al representar el Palacio Real como fondo de la composición.

La estación del Norte, Benjamín Palencia

Cruz de término, Albacete | Escultura gótica | Último tercio del S. XV

Concebida para dar la bienvenida o despedir a los caminantes que en la calle de La Cruz de Albacete, cerca de la Puerta de Chinchilla, que emprendían el camino de Levante. Estaba junto a una ermita dedicada a la Santa Cruz. Sánchez Jiménez, y después otro estudiosos como Santamaría Conde o García-Saúco, piensan que era una cruz cubierta, un humilladero bajo un templete de cuatro vanos, ya que hay referencias de que en 1555 el Ayuntamiento prohibió a los carreteros refugiarse allí. Años después, la cruz se instaló en el cementerio viejo, luego pasó al nuevo, posteriormente a una de las salas del grupo escolar de la calle Carlos IV y finalmente, el 6 de octubre de 1927, fue depositada por el Ayuntamiento en el Museo de la Comisión Provincial de Monumentos, hoy Museo de Albacete.

En 1999 el Ayuntamiento de la ciudad encargó una reproducción que se erigió en el lugar donde se ubicó originalmente.

Cruz de término, Albacete

Placa de cinturón. El Amarejo, Bonete | Adorno de indumentaria | Finales del siglo III a.n.e. 

La placa en su primer uso adornaría un cinturón o correaje, para posteriormente ser un elemento ritual que se encontró en un espacio sagrado, dentro de la favissa o pozo ritual del poblado. Se trata de un elemento de prestigio, una placa de cinturón o correaje forrada con un material noble, la plata y su escena puede referirse a un antepasado mítico o fundador. La escena se ha interpretado como de doma ya que el jinete está cogiendo las riendas, pero la composición recuerda a la de conjuntos escultóricos del s. V a. C. como el del Cerrillo Blanco de Porcuna. El personaje va vestido como los príncipes guerreros del siglo V a.C., aunque el depósito votivo donde se encontró se fecha entre mediados del siglo IV a. C. y comienzos del siglo II a.C. La escena está inspirada en parte en las monedas púnicas cuyos anversos muestran el caballo quiescente ante palmera, lo que permite fechar la placa en el último cuarto del siglo III a.C.

Placa de cinturón. El Amarejo, Bonete

Candil de Rasiq. Sima de los Infiernos, Liétor | Siglo X 

Forma parte de un conjunto de piezas halladas en 1985 de forma casual por un grupo de jóvenes. Apareció en una ocultación o depósito sellado en una grieta de una cueva natural de Liétor. Los niños llevaron las piezas al párroco de la localidad, Francisco Navarro, quien dirigía un Museo Parroquial con objetos litúrgicos y de etnografía. Al observar la importancia del hallazgo, organizó una segunda visita saliendo a la luz aperos agrícolas, objetos de uso doméstico, y otras piezas que fueron expuestas en las salas del citado Museo Parroquial bajo el título «Ajuar de Alamín».

La cabeza del ciervo tiene el mismo tratamiento que otras dos cabezas de una placa de Medinat al-Zahra, donde parece situarse el taller de Rasîq, cuyo nombre aparece firmando varias piezas tales como dedales, la placa citada, una pilastra e incluso cerámica. R. Azuar ha señalado la importancia de estos hallazgos por cuanto constatan la existencia de un taller de metales en Al-Andalus. Por otra parte, las figuras se enmarcan en el mismo ambiente artístico y conceptual de algunas otras piezas de bronce tales como candiles, aguamaniles o caños de fuente con animales de cuerpos ondulantes o sinuosos, y no es ajeno a algunas representaciones zoomorfas de la cerámica. J. Zozaya ha señalado la semejanza entre éste candil de Liétor y el de doble piquera procedente de Granada, que, con otros ejemplares datados en el siglo X, constituyen los paralelos más cercanos al de Liétor, datado en el segundo cuarto del siglo X.

Candil de Rasiq. Sima de los Infiernos, Liétor

Tesoro de la calle del Horno, Madrigueras | Fábrica Nacional de Moneda y Timbre | Siglos XVIII-XIX

Al realizar unas obras de remodelación de una casa en 1970 se encontraron estas 43 monedas de oro que estaban recogidas en un envoltorio de trapo y tenían un peso total de 429 gramos. Su descubridor, propietario de la vivienda, entregó el hallazgo a las autoridades locales y fue depositado en el Museo de Albacete.

Las monedas son de 8, 4, 2 y 1 escudos y de 80 reales. Abarcan los reinados de Carlos III (13), Carlos IV (17), Fernando VII (10) e Isabel II (3) y fueron acuñadas entre 1775 y 1838.

Las monedas probablemente atesoradas por su valor metálico, fueron ocultadas en un momento concreto cuyas causas podrían relacionarse con un momento de inestabilidad, quizás la primera guerra carlista, librada en parte en esta provincia y que oficialmente finalizó en 1839 con el abrazo de Vergara, pero que no se remató hasta 1840.

Tesoro de la calle del Horno, Madrigueras

Placa de cancel. Basílica de Eio. El Tomo de Minateda, Hellín | Elemento religioso | Siglo VII

La pieza completa apareció formando parte del relleno de un aljibe situado al noreste de la cabecera de la basílica, si bien sus dimensiones permiten relacionarla con los rieles frontales del sanctuarium de la basílica.

Placa pétrea de forma rectangular tallada con sendas ranuras laterales y caja para encaje de espiga en la parte inferior. Solamente hay decoración en una de las caras y se compone de dos motivos inscritos en orlas con «omegas» rematadas por flores de lis en las enjutas: una cruz patada con láurea sogueada en la mitad superior y una cruz lanceolada dentro de un rombo de lados curvos formado por segmentos de círculos secantes en la inferior .

Placa de cancel. Basílica de Eio. El Tomo de Minateda, Hellín

Caballero nº 1. Los Villares, Hoya Gonzalo | Escultura | Principio del s. V a.C.

Procede de un enterramiento en forma de túmulo donde fue colocada como coronamiento de una tumba principesca. Tras la desaparición del sistema social para el que fue concebida, se derribó y rompió de manera intencionada. Esta gran escultura tiene paralelos, en lo que se refiere a la vestimenta, en otras piezas ibéricas como los guerreros del conjunto del Cerrillo Blanco de Porcuna (Jaén) o en la propia provincia de Albacete con el toracato de La Losa (Casas de Juan Núñez).

Se trata de un difunto heroizado tras la muerte que sostiene las riendas en demostración de posesión y poder. El caballo, noble animal es un signo de rango y prestigio, y además transporta al difunto al más allá y le permite mostrarse en toda su dignidad ante la divinidad.

Al inicio del siglo IV a.C. se produce la rotura intencionada de la escultura: el rostro del jinete es lacerado con un instrumento punzante, hay que matar el espíritu del difunto heroizado. Así ha sido interpretado por su excavador, ya que la necrópolis es un fiel reflejo de las convulsiones que está experimentando la sociedad ibérica, que pasara del modelo aristocrático al ciudadano. La necrópolis de Los Villares es uno de los paradigmas de las necrópolis monumentales del sureste, con túmulos principescos coronados por esculturas, y ajuares con importaciones griegas.

Caballero nº 1. Los Villares, Hoya Gonzalo

Muñecas romanas, Las Eras, Ontur | Juguete | Siglo IV 

Aunque sus precedentes son las muñecas helenísticas en terracota, la pupae romana más antigua que se conoce, de marfil, viene de Crepereia Tryphanea y se fecha en los años 150-160 d.C; las más modernas son de hueso, de los ss. VI-VII d.C., y aparecieron de Cryta Balbi (Roma). Según avanza la cronología, estas muñecas de juguete, que estaban posiblemente pintadas y venían vestidas, calzadas y a veces enjoyadas, tienden a la esquematización. No obstante, se trataba de objetos comunes en la cultura romana, ya que aparecen tanto en tumbas ricas como en otras más modestas, y se encuentran tanto en contextos paganos como en cristianos posteriores.

La cultura clásica daba mucha importancia al juego, por su función educativa y religiosa, por tanto su aparición en tumbas pudo tener una función simbólica afectiva, pero también religiosa. Se sabe que era costumbre entregar las muñecas a Venus, como ofrendas en los ritos de paso, cuando se accedía a la edad adulta, o después del parto, se pedía a Diana protección del neonato mediante ofrendas de muñecas que lo simbolizaban.

Muñeca romana, Las Eras, Ontur

Botella, cueva del Niño, Ayna | Neolítico medio 

Vaso globular a mano con cuello alto y recto, borde redondeado y dos pequeñas asas de cinta horizontal dispuestas en el tercio superior del cuerpo. Pasta gris con desgrasante de pequeño tamaño y superficie de coloración parda y gris, bien alisada. La decoración incisa cubre la mayor parte del cuerpo, la base del cuello y las asas. En la zona del cuello se compone de cuatro franjas horizontales paralelas rellenas de líneas perpendiculares, mientras que en el cuerpo tiene disposición vertical alternando anchas franjas con rellenos en «V» o «W», con otras estrechas rellenas de líneas paralelas con disposición oblicua.

Botella, cueva del Niño, Ayna

En el portal de Cultura de la Consejería de EducaciónCultura y Deportes de Castilla-La Mancha hay información actualizada sobre los museos, parques arqueológicos y yacimientos, así como agenda cultural actualizada con datos muy interesantes para el visitante o el vecino. Un buen plan para cualquier puente o fin de semana.

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