La calidad del aire en Castilla-La Mancha ha mejorado «de forma sensible» en la última década según se desprende del estudio ‘Análisis de la Calidad del Aire en España. Evolución 2001-2012’, publicado por el Ministerio de Agricultura.
El estudio realiza un análisis de distintos contaminantes atmosféricos y su evolución entre 2001 y 2012, y está basado en los datos recogidos tanto por las redes de vigilancia de la contaminación atmosférica de las comunidades autónomas, como las redes de entidades locales y la red estatal gestionada por la Agencia Española de Meteorología.
En el caso de Castilla-La Mancha, el estudio se ha realizado a partir de los datos obtenidos en las estaciones de medida de Albacete, Azuqueca de Henares (Guadalajara), Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Illescas (Toledo), Puertollano (Ciudad Real), Talavera de la Reina (Toledo) y Toledo.
Esos datos han confirmado que la contaminación atmosférica en la región se ha mantenido «en valores por debajo de los máximos establecidos en la legislación sobre protección de la atmósfera para todos los contaminantes estudiados, dándose superaciones de estos valores únicamente y de forma puntual para el ozono troposférico».
Por su parte, los niveles de dióxido de azufre y monóxido de carbono «han bajado de forma más marcada» en este periodo, mientras que en el caso de los óxidos de nitrógeno «este descenso es menos acusado».
En el caso de las partículas en suspensión, y una vez descontados los fenómenos de intrusión de polvo procedente del Sahara, también se ha observado una tendencia descendente.
En una nota de prensa, la directora general de Calidad e Impacto Ambiental del Gobierno regional, Matilde Basarán, ha asegurado que «estos resultados muestran un claro efecto positivo y beneficioso de las políticas ambientales seguidas en calidad del aire en los últimos años».
En este sentido, ha destacado algunas de las medidas adoptadas, como la reducción del contenido de azufre en los combustibles o la aplicación de la normativa de control y prevención integrados de la contaminación, que «se han mostrado como herramientas eficaces para conseguir una mejora de nuestra calidad ambiental».