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Desarrollan sus propios proyectos de conservación e investigación, el principal es el centro de cría en cautividad de visón europeo, «que es la especie de mamífero más amenazada de Europa, tenemos 11 ejemplares», afirma Silvia Villaverde, veterinaria y directora científica de la Fundación para la Investigación en Etología y Biodiversidad (FIEB); o el centro de diagnóstico epidemiológico de la tortuga mora; además de ofrecer apoyo a investigadores de entidades españolas o europeas y, como tercer pilar básico, dar acogida a los animales de especies exóticas procedentes de incautaciones por tenencia y tráfico ilegal.
Todo ello en un mismo centro de investigación «de especies silvestres, que es lo que le hace diferente», que se encuentra en Castilla-La Mancha, en concreto en la provincia de Toledo, en el término municipal de Casarrubios del Monte. De carácter privada, la Fundación FIEB nació en 2011 y los objetivos principales son «potenciar la investigación alrededor de la conservación de la biodiversidad y del comportamiento animal principalmente».
LOS 11 VISONES EUROPEOS Y LAS TORTUGAS MORA
En el edificio de la Fundación cohabitan en la actualidad 11 visones europeos, que requieren un cuidado especial. De hecho, «este centro tiene de especial que hay 10 instalaciones, y 8 más en construcción, para ellos. La instalación más pequeña para un solo visón es de 35 metros cuadrados y alguna llega incluso a los 100 metros cuadrados». Cría en cautividad enmarcada dentro de la estrategia nacional de conservación del visón, para eliminar las causas por las que se están extinguiendo.
El trabajo realizado hasta el momento ha provocado que ya «no se den algunas alteraciones del comportamiento que se habían observado en los visones, puesto que aquí nos acercamos más a su hábitat natural dentro de las limitaciones de la cautividad. Y como son instalaciones sensorizadas nos permite estudiar sus comportamientos».
Un centro de cría que tanto la Fundación Biodiversidad como Acciona ayudan a mantener. ¿Cuál es el futuro de los visones que aquí viven? «Pues o bien se destinan a formar parte del stock de cría en cautividad o para liberarlos en el futuro». Pero todo pasa por acabar con esas causas que ponen en peligro la supervivencia de los visones europeos, de ahí que no se suelten todavía y vivan en cautividad. Porque su principal peligro es «la presencia del visón americano, una especie invasora, procedentes en su mayoría de granjas que los crían para convertir sus pieles en abrigos. Visón europeo y visón americano compiten en el mismo nicho ecológico y se ha demostrado que hay depredación directa».
Respecto a la tortuga mora, «lo que hacemos en la FIEB es un protocolo de diagnóstico de las enfermedades infecciosas que les están afectando, sobre todo a los que están en cautividad, enfermedades víricas y bacterianas. Tenemos unas 80 tortugas mora y colaboramos en este proyecto con la región de Murcia porque la tortuga mora está en aquella zona. Un proyecto que acaba de arrancar».
DAN ACOGIDA A LOS ANIMALES DE ESPECIES EXÓTICAS PROCEDENTES DE INCAUTACIONES POR TENENCIA Y TRÁFICO ILEGAL
Otra de las características de las instalaciones de Casarrubios es que son centro Cites o, lo que es lo mismo, «damos acogida a los animales de especies exóticas procedentes de incautaciones por tenencia y tráfico ilegal». De hecho, tienen alrededor de 200 aves de unas 42 especies, «y estarán aquí mientras se resuelva el trámite judicial y ayudamos a dar salida a esos animales. Si son especies protegidas, la idea es que entren a formar parte de proyectos de cría en cautividad o de proyectos de educación en sus países de origen».
Tienen, sobre todo, «rapaces y loros». ¿Por qué? «Pues porque hay loros que si los crías en cautividad los puedes vender por más de 100.000 euros». Y entre las especies, de las que tienen, que más llaman la atención están un búho nival, a quien también se conoce como búho del Ártico o gran búho blanco; y un águila nepalensis.
LA FINANCIACIÓN, LO MÁS COMPLICADO
Y entre los problemas, como es habitual en el mercado nacional, «la financiación, porque es lo más complicado. Colaboramos con la Fundación Banco Santander o con Telefónica, además de con empresas de construcción que donan material, pero nos falta un poco más de apoyo de las administraciones», recalca Silvia Villaverde.
Cuentan con alumnos en prácticas tanto de la Universidad de León como de la de Madrid, y con voluntarios que colaboran en el día a día. Sin olvidar los cursos y programas de formación que organizan para los agentes medioambientales (el último curso fue de especies invasoras), «además de apoyar la labor que llevan a cabo, que es fundamental».
¿Y por qué pensaron en Casarrubios del Monte para montar estas instalaciones? «Porque Alejandro Fernández, presidente de la Fundación FIEB, encontró esta finca, que había sido centro de cría de loros y por lo tanto había mucha infraestructura hecha, y se montó. Estamos rehabilitando el hábitat, que estaba bastante degradada, y solo en 2014 plantamos más de 500 árboles, todos autóctonos y de entorno de ribera, además de los refugios de fauna que hemos realizado».
Y todo está en la provincia de Toledo…