domingo, 24 de noviembre de 2024
06/03/2012junio 14th, 2017

Dentro del ciclo de conferencias «Martes en el museo» y con el tema «Últimos hallazgos arqueológicos», el Museo de Santa Cruz de Toledo acoge el 6 de marzo, a las 19:00 horas, la conferencia «El togado de la calle de la Plata: un modelo de escultura altoimperial», a cargo del arqueólogo Julián García Sánchez de Pedro.

La pieza objeto de estudio fue descubierta en el año 2008 durante el proceso de intervención arqueológica llevada a cabo en los inmuebles 9 y 11 de la calle de la Plata de Toledo, bajo la dirección arqueológica de Carlos Barrio Aldea y Julián García Sánchez de Pedro, y corresponde a un togado, nombre comúnmente aceptado para referirse a las estatuas que se presentan vistiendo la toga, el atuendo característico de los romanos. Es esta, sin duda, la tipología llamada a tener más popularidad dentro de la estatuaria romana, alcanzando así amplia difusión por todos los territorios del imperio entre los siglos I y III después de Cristo.


Del análisis visual de la pieza se desprende que es una estatua de mármol blanco de un personaje masculino togado, de tamaño mayor que el natural (conserva 1,70 metros de altura), con tendencia a la frontalidad, de ahí que la parte posterior de la misma esté trabajada de forma más tosca pudiendo haber sido su ubicación en algún tipo de hornacina.

La estatua no conserva la cabeza ni el antebrazo derecho y la mano izquierda. Lejos de tratarse de partes fracturadas de una estatua trabajada en un mismo bloque de mármol, la cabeza y los brazos constituían partes independientes. En este sentido, se han de observar la cavidad del cuello y el orificio practicado en el brazo derecho, pues hacen referencia a uno de los aspectos más singulares de la escultura romana.

Si la cabeza mostraba la personalidad individual del retratado, el cuerpo, por su parte, indicaba por medio de la indumentaria y los atributos el rango social y la posición del personaje dentro de la estructura del Estado.

Las estatuas togadas identificaban al retratado como ciudadano romano. Se podía tratar de representaciones del emperador, que aparece, así, como «primus inter pares» o lo que es lo mismo como el «primero entre los ciudadanos», así como de miembros de la familia imperial. Las estatuas togadas podían corresponder a particulares de alto rango.

En ambos casos, cuando estas estatuas togadas se vinculaban a grandes recintos públicos, como teatros, anfiteatros o foros (caso que nos ocupa), poseían un valor ideológico al crear una escenografía del poder, en la que los miembros de la familia imperial y los próceres locales se presentaban al orbe romanizado. Esta utilización de la escultura con fines propagandísticos se hace más intensa en el siglo I después de Cristo, ante la necesidad de consolidar el nuevo orden político creado por Augusto, el imperio. A este período Julio-Claudio correspondería el togado, posiblemente realizada por un escultor local que imita los modelos de Roma, visible en la calidad plástica y la elegancia de la misma.

De esta forma el togado de la plata abre nuevas perspectivas a la hora de interpretar el Toledo romano, su vinculación a una serie de estructuras de esta época aparecidas en los inmuebles, destacando un muro, de bastante longitud, realizado con sillería almohadillada, así como su continuación en el inmueble número 12 y la aparición en este último de un fragmento de otra escultura togada, de menores proporciones, llevan a plantear la interpretación de este espacio de la ciudad con la ubicación del foro o de de algunos de los edificios que formaban parte del mismo.

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