Imagen, exclusiva de encastillalamancha.es, de cómo quedó el lince Kivu tras ser devorado por carroñeros.
La necropsia que se le ha realizado al lince Kivu, que fue encontrado muerto hace algo más de una semana en una finca de Almuradiel (Ciudad Real) no ha encontrado la causa concreta de la muerte de este ejemplar, debido al estado de descomposición que presentaba el cadáver del animal.
Así lo han confirmado hoy a Efe fuentes de la Consejería de Agricultura, que han señalado que los trabajos realizados por técnicos en el Centro de Recuperación El Chaparrillo, que se incorporarán a la investigación para esclarecer la muerte de este lince, no han arrojado ninguna conclusión definitiva.
Estas mismas fuentes han señalado que han remitido muestras al Laboratorio Regional Agroalimentario y Ambiental de Castilla-La Mancha (Laraga) para que se pueda realizar también un análisis toxicológico.
La muerte de Kivu está siendo investigada por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), que trabaja bajo la hipótesis de que pudiera haberse debido al ataque de otro ejemplar de su misma especie.
Así lo indicó en su día el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, quien explicó que es una las causas que se manejan en la investigación de este lince, el cuarto reintroducido en Castilla-La Mancha que ha aparecido sin vida en los últimos meses.
La hipótesis de una lucha entre linces se basaba en el hecho de que los animales estaban en plena época de celo, precisó entonces Labrador.
Esta misma tesis fue mantenida por el guarda de la finca donde fue encontrado muerto Kivu, que relató que este ejemplar pudo morir al ser atacado por otro lince macho, Kaplan, cuando éste intentaba proteger a su pareja, Kiowa.
Fuentes de la Consejería de Agricultura han preferido ser prudentes sobre estas hipótesis y se han remitido a los resultados de la necropsia, que no han arrojado un resultado concluyente.
La muerte de Kivu, uno de los linces que el pasado mes de julio fue liberado en la provincia de Ciudad Real, se produjo después de que hace unas semanas apareciera muerto otro de sus compañeros, Kairós, atrapado en un lazo ilegal.
Además de estos dos ejemplares también fue hallada muerta en septiembre Kala, una hembra a la que los agentes medioambientales de la Consejería de Agricultura encontraron al noreste de la zona de reintroducción, en el término municipal de Villamanrique.
Kivu, Kairós, Kenitra y Kala formaban parte de un grupo de ocho linces ibéricos que fueron reintroducidos en Castilla-La Mancha tras ser criados en cautividad, en el marco del proyecto Life Iberlince.
Kala apareció sin vida por causas que aún se desconocen, pues un primer informe de la Consejería de Agricultura descartó que su muerte se produjera por el uso de veneno o por disparos.
La Consejería de Agricultura remitió entonces muestras al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Málaga para poder obtener más información sobre las causas de su muerte y se está a la espera de conocer los resultados definitivos de este estudio.
También fue encontrado muerto en Ciudad Real Kenitra, un macho que procedía del centro de cría El Acebuche, donde nació en marzo de 2013, de la camada criada por Aura y Esparto.
Según informaron entonces fuentes del Proyecto Iberlince, la muerte de este ejemplar se produjo en el transcurso de una acción cinegética en una finca de Torre de Juan Abad.
Fue la propiedad de la finca en la que ocurrió el suceso quien se puso inmediatamente en contacto con los agentes medioambientales de la Consejería de Agricultura para dar cuenta del hecho y realizar las diligencias oportunas.
El programa Life Iberlince tiene como finalidad lograr la recuperación de esta especie emblemática en Sierra Morena Oriental y Los Montes de Toledo, dos lugares de la península ibérica que históricamente había sido ocupados por la especie.