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jueves, 21 de noviembre de 2024
Azud de Santa Ana, en el Tajo, totalmente destrozado
Azud de Santa Ana, en el Tajo, destrozado por la DANA. Foto: Rebeca Arango.
Solo había más caudal antes del trasvase Tajo-Segura - 08 agosto 2024 - Toledo

La Cátedra del Tajo sostiene que el caudal del río a su paso por Toledo no ha sufrido ninguna variación respecto a la media de los más de cuarenta meses de agosto anteriores, si bien los azudes generan un aumento de la anchura del cauce e impiden la continuidad de la corriente fluvial.

La entidad, que conforman la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la empresa Soliss, ha hecho esta aclaración tras los comentarios de los últimos días en redes sociales sobre el descenso del caudal del río este verano, que está dejando al descubierto las piedras del lecho y muestra un estado del cauce que ha sido calificado de «lamentable», ha indicado en una nota de prensa la Cátedra del Tajo.



Al respecto, la Cátedra del Tajo ha apuntado que según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), en la estación situada en la Casa del Diamantista el caudal medio por hora ha sido de 22,9 metros cúbicos por segundo (m3/s) en los últimos 10 días, con una oscilación entre 14,7 y 32,7 m3/s.

Estas cifras están «en perfecta consonancia» con lo que ocurre desde el año 1980, ya que el caudal medio en los meses de agosto de la serie histórica se sitúa en 19,1 m3/s, por lo que la Cátedra del Tajo ha mantenido que «no se ha reducido durante este verano el caudal del río Tajo en Toledo de forma alarmante, al menos no más que otros meses de agosto de los últimos más de 40 años».

Efectos del trasvase Tajo-Segura y el cambio climático

Sin embargo, la entidad ha apuntado que con anterioridad a la entrada en funcionamiento del acueducto Tajo-Segura, los caudales medios en el mes de agosto sí eran más altos y se situaban en 40,5 m3/s.

En este sentido, ha considerado que el descenso en los caudales medios que ha experimentado el río antes y después de 1980 debe ser atribuido, en parte, a las trasferencias de agua realizadas desde la cabecera del Tajo hacia el Levante y, en parte también, a la reducción de aportaciones de forma natural por el cambio climático.

Rotura del azud de Santa Ana, en el Tajo, en Toledo. Foto: Rebeca Arango.

Rotura del azud de Santa Ana, en el Tajo, en Toledo. Foto: Rebeca Arango.

Los azudes generan una «visión falsa» del auténtico caudal del río

No obstante, la Cátedra del Tajo ha especificado que para conocer la causa real del aspecto actual del río hay que remontarse a septiembre de 2023, cuando lluvias torrenciales generaron una brecha en el azud de santa Ana que, durante este año, ha aumentado.

De esta manera, el agua ya no es retenida por la barrera de cemento del azud y fluye aguas abajo a través de la abertura, mientras que antes los azudes han generado una «visión falsa» del aspecto real del río porque las aguas discurrían embalsadas y esto hacía que se distribuyeran a lo largo y ancho del cauce y dieran una sensación real de presencia de gran cantidad de agua almacenada pero irreal de gran caudal.

Así, la liberación del río en el azud de santa Ana ha permitido que las aguas almacenadas fluyan río abajo y que el caudal actual ocupe tan solo una parte del cauce en las zonas donde el valle es más abierto y con menos profundidad.

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