El presidente de Extremadura, José Antonio Monago, es el primer disidente en las filas del PP de la llamada «dieta Cospedal». La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que ha hecho famosa su frase de que «las lágrimás de hoy evitarán la sangre de mañana» y traerán prosperidad en el futuro, fue la responsable autonómica del PP que primero y más duros ajustes presentó, con un plan a finales de agosto y otro el 2 diciembre de 2011.
No en vano gobierna una de las comunidades autónomas más pobres del país y la que tiene el déficit más alto. Pero la política de solo ajustes encuentra cada vez más voces críticas. También en las filas del PP. Una buena parte de sus comunidades autónomas acuden hoy al Consejo de Política Fiscal y Financiera soliviantadas por el anuncio de Mariano Rajoy de que las administraciones territoriales tendrán que asumir gran parte del ajuste que tiene que hacer España para cumplir el objetivo de déficit marcado por Bruselas.
En esa línea, recortes como única dieta, no es la política que ve adecuada su colega y vecino, el presidente exrtemeño, que recientemente ha declarado que «seguir apretando en exceso el cinturón a la economía española, lejos de hacernos ver la luz al final del túnel, nos va a introducir en un túnel cada vez más oscuro».
Monago ha dejado claro que los ajustes no pueden tocar los servicios esenciales para los ciudadanos y ha reclamado más políticas de crecimiento y fomento del empleo.