«Los hábitos nutricionales de los adolescentes son bastante malos y se alejan de nuestro ideal de la dieta mediterránea, que ya es un mito. De hecho, muchos jóvenes se van por las mañanas al instituto sin haber desayunado y luego comen muchas grasas saturadas. En esto hay un componente de educación y es un concepto de cómo evoluciona la sociedad».
Lo que acaban de leer no lo dice una persona cualquiera, no, sino todo un erudito en la materia. Es el doctor José Manuel Martínez Sesmero, quien en enero recibió el premio de la Real Academia Nacional de Farmacia a la mejor tesis doctoral de 2014, a la que tituló «Riesgo cardiovascular en el Estudio Área de Toledo», que fue dirigida por los profesores Francisco José Sánchez Muniz y Sara Bastida Codina, y que fue una continuación del trabajo que había iniciado quien fuera jefa del Servicio de Farmacia del hospital Virgen de la Salud de Toledo, la doctora Sagrario Perea.
Sesmero, que ejerce en el centro sanitario de la capital regional, ha recalcado a encastillalamancha.es que con este premio lo que ha experimentado es «una sensación de recompensa por el esfuerzo que he invertido» durante nada menos que cinco años y medio. Un trabajo cuya línea de investigación original se inició hace ahora 10 años, «el de la doctora Perea, y cuando yo me incorporé continué con esa línea. Digamos que la población que ella examinó en edad infantil la cogí yo en la etapa de la adolescencia».
Un trabajo de campo que ha recogido datos de 702 niños y niñas nacidos entre los años 1989 y 1990 y que tenía como objetivo prioritario identificar sus riesgos cardiovasculares y metabólicos, además de la relación con sus padres.
Y aunque los hábitos nutricionales de los jóvenes sometidos a estudio son bastante malos, como afirma el doctor Martínez Sesmero, «no presentan factories de riesgo algo, lo que no significa que dentro de unos años no los tengan».
El estudio se realizó en colaboración con los sercicios de Obstetricia y Ginecología, Endocrinología Pedíatrica, Bioquímica y Farmacia, además del departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense; y evaluó la ingesta de alimentos y los hábitos nutricionales o el consumo de energía y nutrientes para determinar tanto el riesgo cardiovascular como el síndrome metabólico en edades tempranas, además de incidir en cómo se pueden corregir los posibles defectos detectados.