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viernes, 22 de noviembre de 2024
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Imagen de las Lagunas de Ruidera
Opinión - 17 agosto 2024 - Toledo

Esta mañana, muy temprano, me despertaba con una noticia que me ofrecía el teléfono y me interesaba mucho. Sí, porque es un lugar que visito un par de veces e incluso tres al año para disfrutar gratuitamente de la naturaleza y del baño. Me refiero a las Lagunas de Ruidera, uno de los siete Parques Naturales que tiene nuestra región de CLM, que contienen quince lagunas a lo largo de 30 km y que pertenecen a las provincias de Ciudad Real y Albacete. Es un lugar donde convive la naturaleza plena, la vegetación, fauna y esas aguas cristalinas, limpias y tocadas de azul turquesa que las hace especiales en ese oasis casi desértico como es La Mancha. No continúo echando piropos, pues tendría que acudir al diccionario para seguir añadiendo más.

La buena noticia en esta ocasión es que la Mesa del Tabaco y la asociación Ávora, desde el jueves y hasta el domingo, es decir, durante el “puente” de la Virgen están repartiendo en los lugares más utilizados y concurridos 5.000 ceniceros reutilizables para que los fumadores puedan depositar las colillas después de fumar en ese cenicero y más tarde ser echadas a otro lugar general. Se dice que el año pasado se recogieron nada menos que 90.000 restos de colillas en las lagunas principales y alrededores. Una barbaridad real que se comprueba con facilidad cuando uno llega a esos lugares, saca su mesa y sillas de campo, te instalas y ves suciedad y colillas a gogo. Más de medio millón de visitantes reciben las lagunas cada temporada.


Ampliando la noticia, los ayuntamientos cercanos a las lagunas como Argamasilla de Alba, Osa de Montiel, etc, además de las respectivas oficinas de turismo, también están repartiendo ceniceros. En cada laguna han colocado un par de personas portando un peto con una leyenda de la campaña e incluso los socorristas también colaboran en la iniciativa. Personalmente una de las cosas que más me revienta ver es, cuando una persona se adentra en el agua fumando y tira el cigarro al agua demostrando lo cerdos que podemos ser algunos seres humanos.

Cobrar por coger colillas

El año pasado, en Islandia, era muy frecuente encontrarte con un puesto donde vendían entradas para ver un sitio natural, glaciar o lo que fuera y te daban una cantidad de dinero a cambio de llevar cierto número de colillas. Una de mis nietas, de nueve años, quería un pequeño regalo y nos trasladó la idea de que toda la familia recogiéramos colillas y obtener un dinero extra para su capricho. Y ahí nos tienen a todos recogiendo colillas casi a destajo. Fíjense qué mentalidad y qué cultura del medio ambiente tienen estos países.

Lo cierto es que no cuesta o no debería costar trabajo el que una persona que esté al aire libre termine de fumar y en vez de echarlo al suelo- papelera universal- lo depositen en esos ceniceros reutilizables. Y si esto lo trasladamos a las playas, no digo nada. La máquina que limpia la playa algo quita claro está, pero remueve mucho la arena, las deja al descubierto y cuando vamos algún no fumador a sentarnos y vemos tanto resto de tabaco nos acordamos de algún familiar o del último usuario en dejar rastro.

En definitiva, un diez a esta iniciativa, a estas campañas de concienciación que deberían prodigarse más en los espacios naturales y en las diversas estaciones del año.

Por cierto, aunque la etapa de baño veraniego apunta a su cercana conclusión de esta temporada cabe añadir, que el nivel del agua a pesar de lo llovido en otoño e invierno no es muy boyante. Están algo bajas, no fluye el agua entre las lagunas, no hay arroyitos y la popular Redondilla lleva desde mayo semi seca e inútil para el baño. Y los riegos ilegales e incontrolados algo presumo también que tiene que ver.

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