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sábado, 23 de noviembre de 2024
Un inmueble de propiedad privada en el municipio toledano de Ajofrín.
Los propietarios lo harán visitable - 24 agosto 2024 - Toledo

Un inmueble de propiedad privada en el municipio toledano de Ajofrín guardaba en su interior una joya patrimonial del siglo XIII que, ocho siglos después, ha visto la luz: un baño rural de tradición árabe tardía, único en la meseta.

El descubrimiento ha sido posible por el trabajo realizado desde el año 2021 por Cota 667 Factoría de Cultura, según ha relatado a la Agencia EFE uno de sus arqueólogos y licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Ángel Díaz.


La zona y la vivienda de Ajofrín donde ha tenido lugar el hallazgo, ha contado Díaz, se conocía tradicionalmente como ‘los baños árabes’, si bien, no se sabía a ciencia cierta qué había allí.

No obstante, a principios de los años 90 los técnicos de Patrimonio de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha intentaron hacer la carta arqueológica de Ajofrín, pero no pudieron acceder a la vivienda y se quedó en el inventario como ‘ámbito de prevención’, una figura que protege sin saber exactamente qué.

Sin embargo, el arqueólogo ha indicado que esto permitió que esta zona fuera protegida e incluso evitó a principios de los años 2000 un intento de derribo al que seguiría un abandono de décadas porque la familia que habitaba el inmueble dejó de vivir allí.

Intervención en 2021 por requerimiento del Ayuntamiento

Años después, en 2021, ha continuado, el Ayuntamiento de Ajofrín hizo un requerimiento a los actuales propietarios, una pareja joven que ha colaborado en todo momento en el proceso, para que hicieran una pequeña intervención para asegurar unas tejas con el objetivo de que no cayeran a la vía pública, aunque tenían que tener un equipo de arqueólogos que controlara la actuación.

Fue entonces cuando los propietarios contactaron con Cota 667 Factoría de Cultura, cuyo equipo llevó a cabo una serie de catas murarias (en las paredes) y cinco sondeos en el suelo.

Díaz ha detallado que en la actualidad el inmueble se divide en tres partes: una zona trasera con un patio, la zona de baños en el centro y un adosado de vivienda que se hizo en el siglo XIX y que es la típica vivienda «vieja» de una planta baja de pueblo.

El trabajo arqueológico se centró en el medio, la zona de los baños compuesta por dos salas abovedadas que se corresponden con la sala caliente y la sala templada, mientras que la sala fría sería la que ocupa la vivienda actual y el horno estaría en el patio de la parte trasera.

Todo ello ha sobrevivido en un buen estado de conservación porque, según el arqueólogo, se solían utilizar materiales como adobe y tapial que son menos perecederos.

Datos recabados

La estructura abovedada de las salas ya dio una pista a los arqueólogos de que se trataba de unos baños que se usaron durante unos 150 años y las catas y sondeos realizados afianzaron esta información y, a la vez, descubrieron que el tipo de aparejo es toledano del siglo XIII y recuperaron un conjunto de 2.000 piezas, sobre todo de cerámica pero también algo de metal y hueso, que van desde el siglo XVI al XVIII.

En ese periodo, ha explicado Díaz, los baños estuvieron abandonados y se expolió todo, pero los arqueólogos han logrado identificar que se habían derrumbado las columnas, que se expoliaron las piletas y bañeras, así como las toberas del horno y que el suelo tapaba lo que era el hipocausto (sistema que caldeaba los baños).

A partir del siglo XVIII esta zona sufrió un cambio y se empezó a utilizar como corral con uso agropecuario y, de hecho, las excavaciones han encontrado en esta última fase comederos, enterraderos y suelo de piedra que, con posterioridad, en el siglo XIX, era un suelo más moderno para vivienda que perduró hasta las últimas décadas del siglo XX.

Con todo, Díaz ha destacado que la relevancia de este hallazgo es que se trata de un baño rural -Ajofrín era un señorío en la época- en el centro de la Península cuanto todos los baños que se conocen en la zona centro, casi todos en la ciudad de Toledo, son de tipo urbano; y que el siglo XIII es una época ya tardía para su creación porque el resto ya estaba en desuso.

Su importancia, ha recalcado, hace que los propietarios quieran conservarlo, acondicionarlo y, probablemente, en el futuro hacer que sea visitable.

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