El municipio toledano de El Real de San Vicente ultima la construcción de su plaza de toros, de unas 60 toneladas de madera, que cada año desde finales de 1700 se levanta a mano para acoger a 2.500 personas durante los eventos taurinos que se celebran en las fiestas patronales, a mediados del mes de septiembre.
El alcalde de la localidad, Jorge Luis Martín, ha recibido a EFE en la Plaza de España, donde tradicionalmente, de cara al 15 de septiembre, se realizan las actividades con motivo de las fiestas de verano y donde desde hace tres siglos se torean reses en una plaza de toros «curiosa».
«Palo a palo», unas diez personas montan anualmente la estructura de la plaza, que se compone de unos 60.000 kilos de madera, así como de cientos de clavos, yeso «para evitar que se muevan las piezas» y «algunas partes de hierro para dar comodidad a la gente», ha explicado Martín en una entrevista.
Además, ciertos pilares se entierran a 50 centímetros del suelo, en los huecos de tierra que quedan tras retirar algunas baldosas.
Una construcción «a ojo»
Es un trabajo «laborioso», que se hace a mano y sin planos, bajo la mirada de un alguacil con 30 años de experiencia, ha destacado el regidor municipal.
«Algunos palos están numerados, y entre eso y sus características, como la dimensión de la madera, saben dónde colocarlos», ha continuado Martín, al tiempo que ha recordado que «antes de la Guerra Civil se hacía todo con carros que se usaban para el transporte del grano».
Las labores se inician a finales de cada mes de julio, cuando los trabajadores sacan las maderas de unos almacenes y comienzan a instalar las puertas de los encierros, mientras que la plaza se empieza a levantar durante los primeros días de agosto, por lo que a finales de este mes queda terminada la construcción en su conjunto, que entre el tendido al sol y el de sombra alberga a unas 2.500 personas.
«Es una de las dos o tres plazas que quedan en España de estas características, aunque como ésta, ninguna», ha afirmado con orgullo el alcalde, quien ha apuntado que en México es tradicional hacerlas de madera.
«Un orgullo» del que gran parte del municipio va a disfrutar en apenas dos semanas, con una clase práctica benéfica el 14 de septiembre y una novillada con cuatro novillos el día 15, mientras que el día 16 se van a torear dos añojos -vacuno joven- y dos vacas.