Una sociedad deportiva que hasta ahora funcionaba a la perfección, la formada entre la atleta Ana Peleteiro y el entrenador Iván Pedroso, se ha acabado por decisión de la deportista, quien adujo motivos personales para tomar la decisión, asegurando que le había costado mucho tomarla.
La campeona de triple salto entrenaba con Iván Pedroso en Guadalajara, donde el exsaltador y entrenador lleva a cabo una excelente labor con más atletas, entre ellos el medallista de oro olímpico Jordan Alejandro Díaz.
La campeona de Europa de triple salto se entrenará ahora en un estadio que lleva su nombre a las órdenes de su marido, el triplista francés Benjamin Compaoré, y en el lugar donde empezó, en su pueblo, A Ribeiro, en A Coruña.
La ‘fábrica’ de Iván Pedroso sigue y sigue tras los oros europeos de Jordan Díaz y Ana Peleteiro
Explicó que después de los Juegos de París, donde no le fue muy bien, tomó la dolorosa decisión, la de volver a su tierra junto a su marido y su hija Lúa, ya que quiere que crezca donde lo hizo ella.
Asegura Peleteiro que al propio Iván Pedroso no le extrañó la decisión de su expupila, no en vano el entrenador tiene un fuerte motivo para seguir «atado» a Guadalajara, una hija de ocho años. «Bien claro me dijo que apoyaba mi decisión y que celebraría mis victorias”, dijo Ana Peleteiro.
Al parecer, Peleteiro aguantó a duras penas en Guadalajara a la espera de los Juegos de París. “Desde pequeña tenía claro que si tenía una hija querría que viviera tan feliz como viví yo en Ribeira con mis padres, y en Guadalajara no podía ser. Soñaba con que mi hija estuviera con sus abuelos en Galicia… Y allí me siento protegida de tanto odio como me llega en las redes, de tanto juicio de todo el mundo…”, explica.