El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha considerado «deseable» que el legislador, antes de seguir adelante con la tramitación de la Ley de Amnistía, hubiera acudido a pedir opinión al Consejo Consultivo, toda vez que al tratarse de una medida que sí o sí iba a crear «controversia», la consulta era «obligatoria», volviendo a insistir a que en el debate abierto sobre su constitucionalidad habría que haber ido a los debates que tuvieron los constituyentes, que consideraron, según ha asegurado, que no cabía en la Constitución.
Durante su intervención en la inauguración de las ‘XXIII Jornadas Nacionales sobre la Función Consultiva’, junto a la presidenta del Consejo Consultivo, Carmen Calvo, ha hecho referencia en este punto al recurso de inconstitucionalidad que su Gobierno ha presentado a la medida, recordando que él sí que preguntó a su propio Consultivo al respecto de la idoneidad de dicho recurso.
«Si el dictamen hubiera sido negativo, no hubiera recurrido por mucho que me apretaran o presionaran», ha señalado.
Con todo, defiende que el tema «es controvertido», y «cuando se sabe de antemano que hay controversia social y jurídica es cuando más hubiera sido obligatorio consultar, precisamente».
Es para el presidente «importante» que en los casos donde «todos saben» que existe esa controversia social, como en el caso de la ley de Amnistía, es cuando más justificado está el viaje al Consultivo. «Era deseable la opinión del Consultivo, al que se le puede pedir dictamen, independientemente de que sea o no preceptivo».
Tras esta reflexión, ha considerado igualmente «deseable» que toda persona que tenga responsabilidad pública desde la política tenga «conocimientos de derecho».
«El derecho es clave, y quien no entienda que las sociedades son civilizadas porque anteponen el derecho, es que no saben donde viven», ha indicado al respecto.
El Consejo de Estado «ni pude ni debe» pronunciarse
El Consejo de Estado no ha sido llamado a consulta para que se pronuncie sobre la ley de Amnistía «porque reglamentaria y legalmente ni puede ni debe».
Así lo ha ratificado su presidenta, Carmen Calvo, que este jueves ha inaugurado en Toledo las ‘XXIII Jornadas Nacionales sobre la Función Consultiva’, después de que el presidente del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, Javier de Irízar, que le ha precedido e la inauguración, haya dicho «haber echado de menos» la intervención del Consejo de Estado en la Ley de Amnistía.
En respuesta al presidente del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, Calvo ha recordado que la seguridad jurídica «reparte a cada quien sus competencias sobre la constitucionalidad de las leyes» de tal modo que, sobre las leyes del país, «solo se pronuncia de manera efectiva jurídicamente y como obligatoriedad en el Tribunal Constitucional».
«Como todos bien sabemos, lo demás son evidentemente posiciones respetables, pero fuegos de artificio. Las proposiciones de ley no las informa el Consejo de Estado, porque no lo contemplan ni nuestra ley orgánica ni nuestro reglamento».
Calvo ha abundado en que la institución que preside no informa sobre ninguna proposición de ley, porque las proposiciones de ley nacen del impulso directo de la soberanía del pueblo español que se representa en las Cortes Generales, «y al pueblo español nadie le dice nada, salvo las siguientes urnas o el Tribunal Constitucional».
«Desde luego, el Consejo de Estado es el órgano consultivo de los impulsos normativos del Gobierno de la nación, no de las Cortes Generales. Por lo tanto, no tenemos que hacer ningún pronunciamiento de las iniciativas que nacen de la propia soberanía popular. Esto es seguridad jurídica, esto es tranquilidad jurídica. Es la actuación de cada quien en el ámbito que le es competente».
«Nosotros no hemos sido llamados a consulta porque reglamentaria y legalmente ni podemos ni debemos», ha terminado zanjando.
Una invitación para conocer Toledo
En su alocución, el presidente se ha dirigido a los asistentes para vender Toledo, donde se pueden ver «muchas cosas», enfatizando que todas las civilizaciones que han pasado por la ciudad, construyó pensando en la «perdurabilidad» de lo erigido. «Lo que va desapareciendo es lo que se hace con peor intención».
Es la Ciudad Imperial un territorio donde «no hay un predominio arquitectónico» y es una «suma de estilos», desde antes de Roma hasta la actualidad.
Una mezcla que la convierte en «un crisol extraordinario» que permite al toledano presumir de tener «sangre romana, cristina, judía o francesa». «Podríamos decirle a Meloni que nos pida disculpas, porque Roma estuvo aquí», ha bromeado.
Ha citado en este punto al presidente mexicano, López Obrador, con quien en cierta ocasión se reunió junto a José Bono. «Ya empezó raro, nos citó a las 6.30 de la mañana. Me dijeron que tenía insomnio crónico», rememoraba.
Una cita en la que dijo: «Odio a los españoles y odio a España. Nunca viajaré a España», ha relatado el presidente autonómico, quien admite que salió con las manos «en la cabeza».
«Quien reniega de su sangre tiene un problema patológico. Aquí llevamos sangre mezclada todas las sociedades del planeta. Y eso tiene la ventaja de que nos mezclamos, ahí está la riqueza», ha apuntado.