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25/02/2015junio 8th, 2017

A sus 27 años este joven albaceteño, profesor de universidad en Brasil, ha hecho del mundo su «escuela de la vida» y es que, de la mano de grandes organizaciones -como la Unesco o la ONU-, ha viajado por más de 50 países para participar en foros y encuentros sobre educación, sostenibilidad, desarrollo… El pasaporte de Javier Collado es, en muchos casos, la ONG Educar para Vivir que puso en marcha en Brasil, pero también la revista Global Education Magazine que dirige.

Este almanseño llegó a Perú muy joven como profesor voluntario en la Universidad de Piura, donde tuvo la oportunidad de trabajar durante seis meses como cooperante de la Universidad de Sevilla. Antes de acabar ya tenía delante de la mesa dos ofertas de trabajo: una como profesor de la Universidad de Pekín y otra para hacer un doctorado en difusión del conocimiento en Bahía, Brasil. Finalmente, y de esto hace ya tres años, se decantó por esta última opción.


Actualmente Javier Collado compagina la investigación de su tesis y las clases que imparte en la Universidad Federal y en la Universidad Estadual de Bahía con una intensa actividad que le ha llevado a poner en marcha la ONG Educar para Vivir, «surgida tras la experiencia de voluntario en Perú junto con otros colegas que habían estado como cooperantes en la República Dominicana y en Palestina», cuenta Javier Collado, quien lamenta que, debido a la crisis, ahora es muy difícil conseguir financiación. «Además, existe muy mala difusión de las convocatorias y casi siempre la cuantía recae en las grandes ONG».

A través de Educar para Vivir han trabajado con refugiados palestinos, con familias destrozadas por la guerra, niños huérfanos e incluso con militares armados; sobre turismo sostenible en la República Dominicana; sobre educación en Perú; con personas desfavorecidas que viven en la periferia de Salvador de Bahía…

La revista Global Education Magazine que dirige también es una muestra de su espíritu inquieto. Se trata de un proyecto de educación global en el que tienen cabida experiencias de voluntariado y de cooperación. El origen de esta revista está muy ligado a su tesis y a las Conferencias de Desarrollo Sostenible que las Naciones Unidas organizaron en Brasil. «La ONU facilitó un espacio virtual para que la sociedad civil pudiese enviar propuestas para la Agenda de Desarrollo post-2015 y yo decidí enviar el resumen de mi tesis doctoral. Para mi sorpresa acabó siendo una de las más votadas en todo el mundo y me invitaron a participar del evento internacional», teniendo la oportunidad de conocer a numerosos activistas de todo el mundo así como a directores de la Unesco, Acnur… De toda esta experiencia y de la colaboración con profesores y colegas de su doctorado y máster, surgió el empuje necesario para poner en marcha Global Education Magazine, que cuenta con la directora general de la Unesco, Irina Bokova, como miembro de honor.

Cómo él mismo señala, esta trayectoria le ha convertido en un «pequeño nómada» que ha dejado atrás su «identidad estática». Cuando no está en Taiwán como investigador, le invitan a Sudáfrica como activista y presidente de la ONG o como director de la revista. Deja siempre espacio para sus «escapadas como mochilero» -como él mismo señala- «para conocer la realidad social de los países más pobres. Por el camino he conocido a miles de personas maravillosas que han sufrido mucho y que todavía siguen sufriendo… y esto me ha hecho albergar un sentimiento de esperanza en la raza humana, a pesar de lo negro que pueda parecer el futuro…»

Recientemente ha estado en el segundo fórum en Educación para la Ciudadanía Mundial que la Unesco celebró en su sede principal de París. Allí intercambió impresiones con entendidos en la materia y pudo conocer en persona a Irina Bokova y entregarle una reproducción en miniatura del castillo de Almansa, a modo simbólico, por aceptar ser miembro de honor de Global Education Magazine. También ha estado junto a otras personalidades de renombre como Frederik de Klerk, el político sudafricano reconocido por liberar de prisión al activista Nelson Mandela y merecedor del Premio Nobel de la Paz en 1993; o la activista Leymah R. Gbowee, encargada de organizar el movimiento de paz que puso fin a la segunda guerra civil liberiana en 2003 y Premio Nobel de la Paz en 2011.

Como experto en temas de educación y en relación a la situación de la educación en España, opina que en Primaria y Secundaria «se debería trabajar mucho más al aire libre y retomar el contacto con la naturaleza, fuente de inspiración, modelo, medida y mentor». Apuesta, además, por derribar las fronteras disciplinares; ve absurdo dividir las clases de 50 en 50 minutos para trabajar temáticas de una única área mono-disciplinar y cree más conveniente trabajar con nuevos abordajes multidisciplinares para promover la comprensión de fenómenos cada vez más complejos derivados de la globalización. En lo que respecta a la educación superior, lamenta el encarecimiento «a marchas forzadas» tras la entrada en vigor del Plan de Bolonia. Sostiene que la dinámica va a seguir siendo esa hasta conseguir, tal vez, la privatización total como sucede en Estados Unidos. «Siento que las universidades tienen un papel importante en la formación de las presentes y futuras generaciones para la creación de una sociedad mejor, pero la austeridad económica reina en esta coyuntura histórica española e infelizmente vamos para atrás en muchos aspectos».

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