El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, acude a la reunión de esta tarde con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en el Palacio de la Moncloa, con tres temas fundamentales en el tintero: la financiación autonómica y su oposición al régimen especial para Cataluña, el agua para reclamar celeridad en la publicación de las nuevas normas de explotación del trasvase Tajo y la necesidad de ampliar la red eléctrica, para crear «autopistas energéticas» con las que garantizar al suministro de cualquier empresa que se quiera instalar en Castilla-La Mancha.
Son algunos de los temas que ha venido avanzando tanto el presidente como su Ejecutivo esta semana, como lo hizo ayer, en Guadalajara, donde ha asistido a la inauguración de la planta de Accelera by Cummins, la planta de producción de electrolizadores, donde el presidente volvió a reclamar la necesidad de ampliación de esa red eléctrica, porque insistió en que Castilla-La Mancha no solo tiene que ser una despensa energética, sino que la industria relacionada con ella, como en el caso del hidrógeno verde, también se tiene que quedar en Castilla-La Mancha.
«España necesita autovías eléctricas», aseguró Page, para añadir que «ahora se quiere que todo sea eléctrico. El hidrógeno es una garantía, transporta muy bien toda la energía y para que ese hidrógeno sea verde, necesita que la energía que lo produzca sea verde», ha explicado el presidente de Castilla-La Mancha, quien ha incidido en la necesidad de que la industria relacionada con este campo se quede donde se produce la energía renovable.
«Cuando nadie hablaba de energía fotovoltaica o eólica aquí ya se estaba poniendo. Aquí se madrugó, tenemos suelo y ahora nos hemos convertido en una enorme despensa de energía renovable», explicó el presidente, recordando que ahora «las dos castillas, Extremadura, Andalucía y Aragón» están poniendo su terreno para producir energía, pero no quiere que sea para «la industria de fuera», recordando que históricamente esta se fue «a la periferia» con Madrid en el centro y olvidándose del resto de territorios del interior peninsular.
Confiado en alcanzar acuerdos de financiación
Además, Page se mostró optimista llegar a acuerdos con Sánchez, a pesar de sus diferencias públicas, y en que se avanzará en temas «relevantes» para la región, aunque insistió en que no ve válida la cesión de impuestos a Cataluña solo en materia de IRPF. Por ello, en la reunión de esta tarde Page va a plantear a Sánchez una alternativa para la financiación autonómica.
Castilla-La Mancha es una de las regiones más infrafinanciadas con el actual modelo, por lo que Page insistirá en la necesidad de un nuevo modelo, un modelo que el Gobierno autonómico quiere que tenga en cuenta los costes adicionales en la prestación de servicios que tienen regiones tan dispersas como Castilla-La Mancha.
Recordó que ya ha llegado «a muchísimos acuerdos con el Gobierno de España» y que «esto mismo que estamos hoy inaugurando es objeto también de colaboración con el Gobierno».
«Soy un firme partidario, casi un apóstol del diálogo, de manera que a mí me interesa siempre que hay oportunidad de hablar y de expresarse con claridad», afirmó Page, puesto que confía «sinceramente» en que los intereses «más esenciales» de la región «puedan tener una salida positiva».
Preguntado acerca de si va a trasladar a Sánchez su postura de rechazo a la financiación singular para Cataluña tras la propuesta de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de ceñir por ahora al IRPF la cesión de impuestos Cataluña, dijo que sí, que le dirá lo mismo que dice en público y que la propuesta de Montero «tampoco es válida».
«Un régimen especial es un privilegio»
«Inventarse un régimen especial es un privilegio. Me da lo mismo que quieran llegar al objetivo del privilegio por trozos, que de golpe, no va a ser posible», ha asegurado el presidente regional, quien ha tildado de «lamentable el espectáculo de permanentes cesiones y chantajes a los que se está sometiendo la política española».
El presidente regional insistió en que «la ansiedad de los independentistas no tiene límite y, por tanto, lo que no podemos es estar alquilando la gobernabilidad» y ha agregado que lo que no se puede, por hacer caso a Puigdemont, es perjudicar a los españoles.
También sobre la nueva amenaza del expresidente catalán sobre que sus votos son determinantes, consideró «normal» que él se pase el día recordando que tiene «el mando a distancia» y ha instado al Gobierno de Sánchez a «no ceder a más chantajes».
No obstante, señaló que en Cataluña «se está produciendo una evolución sociológica maravillosa, que la va a protagonizar muy bien el presidente de la Generalitat, Salvador Illa», porque «la gente busca normalidad».
«Hay muchísima gente que ya se ha desengañado, que sabe que el populismo independentista, en el caso de Puigdemont, además con tintes de extrema derecha y xenófobo, hay que ir desterrándolo», subrayó.