Uno de los equipos deportivos de Guadalajara con clara apuesta por su sección femenina es el Balonmano Guadalajara, donde el “compañerismo y la superación” define a sus jugadoras como una verdadera familia dentro y fuera de la pista.
Dirigidas por Rocío Roldán, entrenadora con un fuerte compromiso con el desarrollo del balonmano femenino, el equipo busca regresar a Primera Nacional tras su descenso en la temporada pasada.
María Sierra, una de las capitanas, comenzó en las escuelas del club con solo 8 años y, a sus 23, sigue persiguiendo sus sueños junto al equipo que ha sido parte fundamental de su vida. Lidia Palancar, también capitana, comparte una trayectoria similar. Con 27 años, ha visto cómo nuevas generaciones, como la de María, la reconocían como referente. Ahora, juntas en el mismo equipo, son ejemplo de la cómo este club conecta a las jugadoras, desde sus primeros pasos en el deporte, hasta la etapa sénior.
Comprometidas con volver a Primera Nacional
¿Qué rasgos definen vuestra personalidad deportiva y vuestro juego?
El equipo se define por su rapidez y una sólida defensa. Nos gusta sacar rápido y sorprender en el juego, pese a la juventud del equipo, no nos falta ni experiencia ni calidad- dice Lidia. Muchas veces nos enfrentamos a la idea preconcebida de que, por ser jóvenes, nuestro juego es menos contundente. Sin embargo, los resultados y el rendimiento del equipo demuestran lo contrario. Incluso en nuestro círculo cercano, como mi familia, a veces no reconocen lo serio que es nuestro compromiso -revela Lidia-, mis abuelos me preguntan si me sigo dando golpes en los partidos.
¿Cuáles son los objetivos esta temporada?
Regresar a Primera Nacional -afirma María.
¿Vuestro hito principal hasta ahora?
Haber terminado hace dos temporadas invictas en Segunda Nacional y haber ascendido a Primera la pasada temporada.
¿Qué no se conoce de vuestro deporte y os gustaría que se conociera?
Algo importante y poco conocido es el sentimiento de familia que se crea en el club. Desde los alevines hasta los seniors, todos somos parte de algo más grande, y eso engancha -explica Lidia-. Puedes entrar en el pabellón desde por la mañana viendo a los alevines y terminar por la tarde viendo al primer equipo. Somos una gran familia -añade.
Noruega, su referente
¿Tenéis un equipo o deportistas referentes?
Nora Mork es uno de mis referentes principales, una de las mejores jugadoras del mundo a pesar de sus repetidas lesiones -afirma Lidia. A nivel de equipo, Noruega es el espejo en el que se miran. Parecen robots, todas aspiramos a ese nivel -comenta Rocío.
¿Alguna manía, superstición o algún lema?
La preparación antes de cada partido también es parte fundamental de nuestro ritual. Nos gusta llegar temprano, poner la música a todo volumen, vendarnos y ponernos guapas antes de salir al partido -confiesa Lidia entre risas.
«Todavía preguntan por el entrenador»
¿Cómo veis la situación en el deporte femenino?
Bastante mal –responde María-. En localidades pequeñas, el deporte femenino no tiene tanta presencia -lamenta Lidia-. Creo que tenemos menos alcance y eso puede hacer que parezca que el balonmano femenino no existe. Esa desigualdad no debería ser así ya que el juego femenino es mucho más táctico y visual que el masculino -añade María.
¿Aún hay desigualdades entre vuestro deporte masculino y femenino?
Sí, a todos los niveles tanto medios como en difusión -afirman.
“En las jornadas de captación es crucial que las niñas vean a mujeres en el rol de deportistas y entrenadoras para que puedan identificarse con ellas y proyectarse en el futuro”, afirma María, quien subraya la importancia de trabajar desde las bases. Incluso cuenta cómo a ella misma se la han acercado niñas preguntando si ella es jugadora de balonmano y si también es entrenadora
¿Hay insultos o comportamientos machistas?
Es común que pregunten por ‘el entrenador’, asumiendo que debe ser un hombre. Aunque estos comentarios no son intencionadamente ofensivos, evidencian los micromachismos que aún persisten -afirma Rocío-. No hemos sufrido insultos ni comportamientos machistas en nuestro entorno deportivo al tratarse de un público familiar -concluyen.
Por último, la entrenadora termina: «Cuando entrenamos a las pequeñas, vemos cómo se fijan en los goles de las jugadoras sénior. Sin darse cuenta, nuestras chicas ya son referentes».