«Entramos en el jaleo electoral, que es algo así como una fiebre social que impulsa al ciudadano a valorar y decidir qué modelo de futuro desea para su ciudad o comunidad y quiénes a su entender deben ser los llamados para llevar al efecto una determinada opción de gobierno.
Hoy más que en cualquier otra ocasión, por la situación de agobio económico y decepción política, el precio del voto está muy caro, al menos para algunos partidos. Otros están en plena en promoción, intentado convencer a los ciudadanos de que si les eligen a ellos van a ser capaces de «dar duros a pesetas» e incluso de «atar los perros con longanizas», y ya sabemos que en España, aunque parezca mentira, todavía triunfa el «timo de la estampita».
Sea como fuere, en el espectro electoral más próximo, la concurrencia de partidos que ofrecen el «blanco nuclear» en política es variado. Los hay con coleta, sin coleta, al desnudo o a la catalana, con vox o sin vox. Con o sin progreso democrático. En cualquier caso, la inmensa mayoría de los electores saben que rentabilizar el valor de la papeleta que finalmente entrará en la urna es solo cuestión de seriedad y sensatez, y el voto útil y necesario en esta ocasión es mucho más importante. No votar o votar a partidos que no van a alcanzar un porcentaje mínimo de votos para obtener representación, por más que se quiera hacer creer lo contrario, son papeletas que servirán en todo caso para hacer crecer a agrupaciones políticas como «Podemos», que lo que pretenden es utilizar esas cuestiones para su beneficio y que tristemente defienden acabar con el sistema de derechos y garantías, establecido y avalado por nuestra Constitución. Propiedad privada, protección a la familia, libertad de elección de la educación de nuestros hijos no se contemplan en el Programa de Podemos, y por tanto en el supuesto de que el elector votara a partidos minoritarios se verían notablemente favorecidos, de acuerdo a la ley D´hont.
La marca del producto siempre es una garantía, sobre todo cuando se han atrevido como en el caso del Partido Popular a coger el toro por los cuernos, mejor que lo hubiera hecho el mismísimo Manolete.
Como ejemplo y de partida, en los últimos 32 años, esta región la han gobernado dos partidos políticos, el PSOE durante siete legislaturas, y el PP tan solo una, la actual.
De lo que se conoce en este sentido, está claro que el partido socialista no fue despedido de Castilla-La Mancha «en loor de multitudes», sino coronado con un castigo social más que merecido, por la peor práctica política que se conoce y cuya consecuencia convirtió a nuestra región en un erial económico de un coste incalculable.
Lo peor, que no están dispuestos a cerrar etapas y van a presentar el modelo «vintage» de las peores épocas socialistas en nuestra autonomía; les aseguro que Page ha demostrado en Toledo que solo conoce una forma de gobernar, mal, de espaldas y sangrando al ciudadano.
Por ende, y esto es una realidad, el gobierno de Cospedal ha corrido los riesgos necesarios y algunos más para poder abortar el crac económico que dejó el PSOE en el libro contable de la región. Las medidas tomadas desde el gobierno no habrían prosperado sin el sufrimiento y la tolerancia del castellano- manchego. A pesar del ruido constante en la calle a costa de la sanidad y la educación que nos dejó el PSOE, la solidez de un gobierno con mano firme y segura y el entendimiento social, hoy se puede decir que Castilla-Mancha, hoy, ya está muy lejos de la zona cero de 2011.
Por último, una sugerencia, ¡ojo! con el Candidato del Partido Popular para la Alcaldía de Toledo, Labrador, tiene muchas ideas para nuestra ciudad y está dispuesto a llevarlas a cabo. Toledano desde su nacimiento, conoce a fondo los problemas de nuestro municipio y es un trabajador incansable. Otro día les hablo…»
Valle Arcos es concejala del PP en el Ayuntamiento de Toledo