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jueves, 21 de noviembre de 2024
Sot de Chera, una enésima zona cero de la DANA.
Sot de Chera, una enésima zona cero de la DANA.
Un pueblo que vivía del turismo - 07 noviembre 2024 - Toledo

Rafael Cervantes, toledano, autónomo, propietario de la empresa ‘Bosque y jardines’, no podía dormir. Pensando en la manera de ayudar a las víctimas de la catástrofe de la DANA. Quería ir pero de manera que en seguida fuera útil. Recurrió a la aplicación ‘Ayuda Terreta’, donde te dicen los puntos exactamente localizados en los que hace falta más ayuda.


«No te vas solo, me voy contigo»

Y junto a su primo, Andrés García («no te vas solo, me voy contigo»), de 19 años, se fue a Sot de Chera, cerca del embalse de Buseo, básicamente a reponer las tuberías para que la población, de unos 300 habitantes, vuelva a tener agua.

«Es impresionante. Este pueblo necesita mucha ayuda, un pueblo que vive del turismo. La zona baja es una vega muy bonita con piscinas naturales, un molino, terrazas… un área recreativa impresionante. Y ha desaparecido todo, todo, todo. No hay nada. Estamos en mitad de unas montañas, en pleno parque natural, que era de lo que vivía una población de unos 300 habitantes, que gracias al turismo empleaba a 3.000 trabajadores», cuenta Rafael.

Rafael Cervantes y Andrés García, dos valientes en Sot de Chera.

Rafael Cervantes y Andrés García, dos valientes en Sot de Chera.

«Qué será de ellos, de qué vivirán»

Este toledano añade que la realidad del pueblo también es esta, la preocupación por qué será de ellos, de qué vivirán.

Confiesa que «hay mucho atasco y desorganización» en general en el trabajo de los voluntarios. El Ayuntamiento ha comprado las tuberías. Rafael y Andrés se incorporaron ayer martes, llegando a Chera. La tubería que están arreglando es la que discurre entre este pueblo y el vecino de Sot de Chera, a través de una carretera destrozada por el agua junto a todo lo demás, una zona de vega con paseos, un entorno muy bello.

«Solo quedaron trozos de tubería»

No quedó nada, solo trozos de tubería, por eso ha habido que reponerla nueva, una red que es provisional hasta que se restablezca definitivamente el suministro de agua. Están instalando la tubería desde la salida del pueblo y en tramos de 50 metros, hasta una longitud total de 4 kilómetros, para lo cual tendrán que cruzar el río y llegar hasta un manantial que hay en la montaña.

Junto a ellos hay vecinos del pueblo. El material con el que están trabajando consta de una retroexcavadora, una máquina grande cargadora, otra mixta, tres tractores y soldadores de tubería; y el equipo en el que están estos dos toledanos, estirando la tubería, se encuentran seis personas, antecediendo a los soldadores de tubería, que ponen los enlaces (otras seis personas). Todo ello junto a la maquinaria pesada.

Rafael y Andrés, por su parte, llevaron una furgoneta cargada con grupo electrógeno, radiales, motobombas de achique de gasolina, una bomba eléctrica de achique, máquinas de soldar, 60 litros de gasolina, mascarillas y comida, aunque en el pueblo les sirven el almuerzo.

Un quark 4×4 les permite avanzar rápidamente

Han incluido en el ‘equipaje’ un remolque con un quark 4×4 que les está haciendo «avanzar rápidamente», asegura Rafael, quien añade que gracias a este vehículo, seis personas hacen el trabajo de 12.

Ya llevan terminados dos kilómetros de tuberías, con tramos ya soterrados, pero quedan otros dos, los más duros, que incluyen atravesar un río. Esperan acabar este viernes a fin de que el pueblo deje de abastecerse con cisternas, como lo está haciendo estos días.

«El domingo no podía dormir»

«El domingo ya no podía dormir. Cogí el ordenador y busqué algún sitio que me indicase dónde aportar una ayuda más especializada. Queríamos llegar a un sitio donde fuera difícil llegar (dados sus medios)», relata Rafael, quien informa que ayer martes solo él y su primo estaban trabajando como voluntarios, aunque otros ya habían llegado antes. Otros vendrán hoy miércoles, no saben con qué cometido.

Rafael se dedica en Toledo a trabajos de jardinería y forestales, que engloba tuberías, sistemas de riego… un ámbito con el que está familiarizado. Recuerda cómo, cuando la última DANA ocurrida en Toledo, en la zona de Guadamur, tuvo que restaurar una de las fincas que mantiene. El trabajo ya no le pilla de nuevas.

«Mi primo es un valiente, vino con los ojos cerrados»

«Mi primo, que tiene una fábrica de quesos en Mora, vino con los ojos cerrados, es un valiente. Me dijo que haría lo que le dijera», añade este toledano de 30 años, que insiste en que no podía dormir el domingo por la noche pero que quería ir sin perder el tiempo, a tiro hecho, sabiendo adónde iba y qué iba a hacer.

Con cuatro motosierras en la furgoneta, iban bien pertrechados para nivelar caminos y abrir vías.

Esta la historia de dos valientes toledanos que se quedarán en Sot de Chera hasta que el pueblo vuelva a tener agua.

Aparecen los dos cuerpos de los desaparecidos que faltaban en Letur (Albacete)

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