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viernes, 29 de noviembre de 2024
Por Mar G. Illán - 28 noviembre 2024 - Toledo
Mar G. Illán Mar G. Illán

Encontrarte, escucharte o leerte por Whats App nos despertaron durante años siempre una sonrisa; porque, pese a todo, Esteban Paños siempre generaba emociones positivas, incluso en estos meses últimos en los que crecía la inquietud. Agradezco a la vida y a Mari Luz Santos que como conductora de la entrega de los Premios Recaredo Rey, pudiera decir en voz alta lo que la mayoría pensábamos de ti, un hombre bueno, un buen político, un esposo y un padre amado. ¡Qué suerte poder arrancar -y que lo vieras en vídeo en el hospital- el último aplauso de tu querida Toledo antes de que nos desbordaran las lágrimas, solo unos días después, al conocer tu fallecimiento!

La muerte de una persona joven es siempre difícil de creer, aunque sea como consecuencia de una enfermedad larga que se sabía que podía acabar mal. Así que, incluso a ti, que esperabas volver a salir de su último ingreso hospitalario como si se tratara de «un parche más», la muerte nos ha dejado incredulidad. Porque el corazón tiene razones que la razón no entiende y por más que la cabeza sabía que podría haber un desenlace fatal, el corazón se agarraba a la esperanza de poder seguir dilatando. Tú, Esteban, de lo que más entendías era de eso, de emoción y de empatía.


Te habías hecho querer. No tocaba tan pronto ni mucho menos con tanto penar, que soportaste estoicamente para poder «disfrutar» de tu familia de forma consciente hasta el último instante. Echaremos de menos al concejal que siempre sonreía, tenía disponibilidad para todo y para todos, nunca pedía nada a cambio, nos animaba y escuchaba. Todas estas virtudes no siempre son comunes en la política y sus inquilinos, entre los que en muchas ocasiones es más habitual la especie que reclama toda la atención para sí y elude la empatía como rutina. Lo sabías, lo sufriste y te empeñaste en ser diferente. Lo lograste. Fuiste siempre especial.

Te empeñaste en ser un político diferente. Lo lograste. Fuiste siempre especial

¿Sabes…? Creo que si hubieras sido el candidato de alguno de los dos grandes partidos, querido Esteban, hubieras sido alcalde y probablemente durante mucho tiempo. Pero la gente te quiso más que te votó. A veces pasa. Y con ello Toledo se perdió a un gran concejal, uno de esos perfiles que deberían multiplicarse en cada Corporación, pero… No pudo ser. Había pesar y lágrimas sinceras en el tanatorio y en el funeral, compartidas con tu esposa, Magdalena, inseparable de ti, poseedora de una entereza que es fragilidad y fortaleza al mismo tiempo y que nos han conmovido y despertabo admiración a partes iguales. ¡Qué decir de tus maravillosas hijas…! Qué amarga lección para Nuria, Marta y María, pero qué buen ejemplo el tuyo.

La vida le dio mucho a Esteban Paños, aunque menos tiempo del que cabía esperar; la política también le sonrió, menos de lo que merecía. Una y otra le depararon tragos amargos de difícil digestión. La política no le ahorró el juego sucio por el que la ambición de algunos rivales decidió a veces transitar.

Era siempre un placer escucharte, verte surfear el casco histórico a bordo de tu moto y, por supuesto, entrevistarte, algo que, como periodista, disfruté. Hablamos de Toledo, de tu familia y del cáncer. Me transmitiste conocimiento y buenos planes para la ciudad, adoración por tu familia, tu gran fármaco contra la enfermedad que estabas decidido a vencer, aunque eras consciente de que no dependería solo de ti. Me encuentro con fuerzas, estoy que me como el mundo”, me dijiste en marzo de 2023.

Recupero en este artículo de despedida y condolencias tu testimonio certero e inolvidable. Lo siento mucho, Esteban. Hasta siempre. Gracias por tu manera de estar y de ser. Gracias por tu cariño, llévate el nuestro de vuelta y para siempre allí dónde estés.

 

 

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