La Ermita de Nuestra Señora de la Antigua y de San Illán de Cebolla (Toledo) es por derecho propio uno de los tesoros patrimoniales de Castilla-La Mancha, no en balde tan solo hace unos meses, concretamente en abril, fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural), con categoría de ‘Monumento’, por el Gobierno de Castilla-La Mancha, que se refirió a este santuario como «un elemento clave de la identidad de la localidad y de la comarca de Talavera».
Ejemplo de arquitectura religiosa popular representativa del Barroco
El Gobierno regional tuvo en cuenta que la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua y de San Illán de Cebolla constituye un ejemplo de arquitectura religiosa popular representativa del Barroco, que conserva en buen estado muchos elementos de interés patrimonial y cultural, como azulejería, rejería, carpinterías de madera originales, policromía y elementos inmuebles, que forman un conjunto de gran interés.
Situada a tres kilómetros de la villa, es una bella ermita de una sola nave. En ella se venera la imagen de la Virgen de la Antigua, patrona de Cebolla, una talla de madera policromada que representa a la Virgen sedente con el niño Jesús sobre sus piernas bendiciendo conforme a los gustos iconográficos del románico. Está adornada con corona, el sol, el resplandor y la luna.
En una plataforma elevada sobre la vega del Tajo
La Ermita de Nuestra Señora de la Antigua y de San Illán se sitúa en una plataforma elevada sobre la vega del Tajo, al sureste del casco urbano de Cebolla y está configurada por una sola nave con crucero, cubierta con cúpula de media naranja sobre pechinas en el transepto y ábside plano. Sobre la cubierta, situada a los pies de la ermita, se ubica una espadaña ejecutada en ladrillo, compuesta por un arquillo de medio punto, centrado por un frontón triangular.
El santuario se halla en un entorno natural caracterizado por la presencia de la denominada Fuente del Santo, asociada a la figura legendaria de San Illán y sus milagros. Aunque la leyenda de San Illán se enmarca en el siglo XII, la edificación actual es más reciente y data del año 1632.
La imagen de la virgen tiene un origen templario, en el siglo XII
La devoción a Nuestra Señora de la Antigua y a San Illán evolucionó a lo largo de los siglos, desde la ermita primigenia del siglo XII (la imagen de la virgen tiene un origen templario) hasta prácticamente la actualidad. Esta ermita, además, es un elemento clave de la identidad de Cebolla, del medio Tajo y de la comarca de Talavera, que evolucionó desde el siglo XVI, cuando se construyó la nueva ermita, la cual data concretamente de 1632, cuando Fernando Martín, comisario del Santo Oficio, costeó la construcción.
Como patrimonio de este monumento hay que destacar el retablo de cerámica del siglo XVI que la ermita conserva en su interior y que es una auténtica joya. Otros elementos brillantes son el camarín de la virgen, de Luis Corsón (un pintor flamenco que vivió en Cebolla) y de estilo Rococó, y varias muestras artísticas del siglo XIX.
Del camarín de la Virgen hay que decir que se trata de un espacio rectangular que ocupa todo el testero de la nave principal, desde el que se accede a la talla de la Virgen de la Antigua, patrona de la localidad, y cuyas paredes están profusamente decoradas con pinturas murales al temple, entre las que se encuentran iconografías que representan el ciclo mariano. Otro de los elementos más relevantes de la ermita es un panel cerámico compuesto por azulejos y olambrillas talaveranas del siglo XVI, que representan diversas escenas de la vida de San Illán.
Azulejos con varias historias
En estos azulejos se relata la aparición de la Virgen a San Illán, señalándole donde debía clavar su ahijada para encontrar agua; la historia de cómo resucita el caballo de su amo; la de cómo unos campesinos se quejan al amo de que San Illán no labra; cuando es espiado y comprueba que labra más que los demás; San Illán labrando con unos toros bravos a los que amansa; y por último, la leyenda de un toro rabioso descubriendo el sepulcro de San Illán.
Hay también un azulejo con la representación del milagro de la fuente, el retablo de la Virgen realizado por Francisco Álvarez Lorenzana que data del siglo XVIII y varios cuadros llevados para dar gracias de algunas sanaciones como el de los niños salvados de ahogarse en el río Tajo.
Del exterior hay que resaltar la panorámica magnífica del Valle del Tajo, los Montes de Toledo y la Sierra de Gredos.
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