El número de alumnos en las autoescuelas de Castilla-La Mancha se redujo a la mitad en 2011 porque las familias tienen otras prioridades, según la Federación Regional de Autoescuelas, que lucha contra la competencia desleal en el sector y pide al alumno que exija garantías al contratar el servicio de una autoescuela. «La formación que reciba el alumno puede suponer tener un accidente o no tenerlo e incluso me atrevería a decir que vivir o morir, porque una clase bien dada, cualquier concepto alcanzado por el alumno, le puede salvar la vida en un momento de dificultad», ha explicado a Efe Miguel Solana, presidente de la Federación regional de Autoescuelas.
Esta organización regional engloba a más de 2.000 profesores y 450 autoescuelas en Castilla-La Mancha, que han cerrado el ejercicio 2011 con una disminución de entre el 40 y el 50 por 100 en el número de alumnos respecto a 2010.
En todo el país, las autoescuelas dieron el año pasado 1,6 millones menos de carnés de conducir clase B que en 2010 y la Confederación Española de Autoescuelas destaca que en algunas zonas de España el número de alumnos ha caido hasta un 70 por 100.
En general, ha disminuido el número de alumnos porque en familias con uno o varios miembros sin empleo «hay otras prioridades» que se anteponen a pagar el carné de conducir a los hijos cuando cumplen 18 años, como venía ocurriendo.
No obstante, Solana advierte a sus colegas de que sean «conscientes» de que el potencial de alumnos está «ahí» para el momento en que mejore la situación económica y les pide, por tanto, que no caigan en el error de «exprimir» al usuario que hoy llega a una autoescuela.
«Hay que ser serios y honrados, y en general lo estamos siendo. Si una persona necesita un número determinado de clases no hay porqué darle más. Ya vendrán tiempos mejores», asegura el presidente de la Federación regional.
En el mismo sentido, anima a profesores y propietarios de autoescuelas a mejorar su formación durante esta época «para cuando vengan otros tiempos» en que no puedan hacerlo por la carga laboral.
Por otra parte, Miguel Solana destaca que las autoescuelas «no son solamente un negocio» sino que realizan una «importante labor social» y explica: «evidentemente somos empresas pero estamos formando a futuros conductores y la calidad de la formación es imprescindible para que el alumno tenga unas garantías y pueda defenderse» ante un problema.
El número de autoescuelas no ha disminuido con la crisis y el sector se mantiene, aunque «muy atomizado» y con empresas que tienen, por ejemplo, un único profesor y un vehículo pero que, en todo caso, pueden ofertar un servicio de calidad y con garantías, como el resto.
El problema principal de las autoescuelas no es tanto la caída de alumnos como la competencia desleal, con profesores que no tienen la preceptiva titulación y con «publicidad engañosa» hacia el alumno, y en esta lucha se han embarcado la Confederación Española y la Federación regional.
Solana hace un llamamiento a toda la sociedad para que se informe de las condiciones de la autoescuela y exija un contrato-tipo que es obligatorio en España y que debe recoger todas las condiciones del servicio (precios, horarios, clases).
Pero también pide al alumno que obtenga referencias de esa autoescuela y de la calidad que ofrece antes de contratar sus servicios.
La Confederación Española de Autoescuelas estima que entre 300 y 400 autoescuelas de las alrededor de 10.000 que hay en el país hacen competencia desleal en la formación, sobre todo por tener profesores sin la titulación requerida.
Solana asegura que «se ha llegado al extremo» de que en pistas cerradas una persona -«no un profesor»- se sienta junto al alumno dentro del coche y, con el motor parado, le «regala» las cinco clases «que se ofrecían gratis» en la publicidad.
«Esto no es enseñar. No es legal y, además, es engañar», sostiene el presidente de la Federación de Autoescuelas de Castilla-La Mancha.