El Club Rugby Toledo pasa por un momento muy dulce, encaramado en el segundo puesto de Segunda Regional (grupo B) de la Liga madrileña, a tres puntos del líder, el Madrid Barbarians RFC. Pero es que hace solo unas pocas jornadas eran líderes.
Su presidente, Ricardo Martínez, explica la gran temporada que está haciendo el club toledano, completamente amateur, por el mayor trabajo acumulado en los entrenamientos respecto a campañas anteriores, jugadores que se lo dejan todo y sacan tiempo para cumplir con la doble sesión semanal, martes y jueves, a eso de las 20:10, como siempre en el campo de rugby de la vieja Escuela Central de Educación Física.
Estas son las condiciones
Las condiciones de entrenamiento y juego no son las mejores ni aun para un equipo amateur. Ya que ahora están edificando el nuevo pabellón, que será el abanderado de Toledo Ciudad Europea del Deporte 2025, el Club Rugby Toledo debe compartir los cuatro vestuarios pegados al campo de fútbol con muchos otros deportistas, preferentemente futbolistas. Hace unos días se dio la circunstancia de que el presidente de la Federación madrileña vino a Toledo a arbitrar un partido del equipo femenino y no tenía vestuario donde cambiarse.
El presidente del Club Rugby Toledo sugiere una solución para los vestuarios, como sería habilitar contenedores que albergaran los mismos, pero claro, sabe que son los políticos los que deben tomar las decisiones.
Uso excesivo del campo
El viejo campo de rugby tampoco está en las mejores condiciones porque se le da mucho uso. Existen muchas escuelas de fútbol y «se pisa excesivamente el campo, hay un exceso de actividad», constata Ricardo Martínez, quien recuerda además que los deportistas que pratican el rugby son muchos, ya de por sí: 31 jugadores en el equipo sénior y más de una veintena del Soliss Rugby Toledo, la escuadra femenina.
El césped del campo de rugby de la Escuela sigue siendo natural frente a la mayoría de los campos de los equipos rivales madrileños del Club Rugby Toledo, de césped artificial, situados obviamente en la rica Comunidad de Madrid. Martínez prefiere el césped natural para la práctica deportiva. Pero hay que cuidarlo, hay que mimarlo.
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Tasa anual
El club, por otro lado, firmará, cuando le llame el gobierno local, el acuerdo al que ha llegado con el mismo para afrontar la tasa anual que deberá pagar por el uso de las instalaciones, la primera vez que lo hará, ya que hasta ahora no tenía que hacerlo. Aunque Ricardo Martínez prefiere no dar la cifra, a partir de ahora obviamente echará de menos las temporadas anteriores en que, gracias a acuerdos con los respectivos equipos de gobierno, no debía abonar nada por el uso y disfrute de la vieja Escuela, la ya extinta particularidad de un club con 33 años que siempre se ha mantenido en un amateurismo estricto.
A pesar de todo el equipo va viento en popa a falta de tres jornadas para acabar la primera vuelta, con los 31 puntos que le ha propiciado ganar seis partidos y perdido dos, con tres de ventaja respecto del tercer clasificado, el Complutense Cisneros Cinco. Un club toledano que nació en 1991 y ha mantenido viva la llama de este deporte en la ciudad. Y el futuro parece asegurado: más de una cincuentena de chavales y chavalas, encuadrados en las numerosas categorías que tiene el rugby, soplan día a día para que dicha llama no se apague. Para que los «terceros tiempos» sobrevivan en la inmisericorde era digital.