El líder del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, considera que los españoles se han hecho el «harakiri» al dar su confianza al PP, ya que han votado contra el PSOE sabiendo que lo que venía no tenía por qué ser mejor. Así se expresa el dirigente socialista y alcalde de Toledo en una entrevista con Efe en la que avisa de que una victoria del PP en Andalucía sería interpretada por el Ejecutivo como la legitimación de unas medidas que no tienen nada que ver con lo que prometía.
Page considera que las reformas en el ámbito económico que llevó a cabo el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que el PP calificó en su momento de «hachazo social», son «pecata minuta» en comparación con las aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy.
«Lo que está pasando en España es fundamentalmente burdo: la gente ha votado contra el PSOE sabiendo que lo que venía no tenía por qué ser mejor. Es una especie de harakiri lo que nos estamos haciendo», lamenta.
Sin embargo, opina que los ciudadanos están empezando a darse cuenta de que el PP y el Gobierno están utilizando la crisis como una enorme coartada para hacer cosas que tenían en cartera desde hace años y avisa a ese partido de que sus alusiones continuas a la herencia recibida no le van a servir de nada
Ante lo que puedan esconder los presupuestos del Estado que presentará el Gobierno el 30 de marzo, avisa de que «todo es posible con Rajoy».
No obstante, augura que se subirá el IVA, se tocarán las pensiones, y se pondrá en cuestión el sistema de gestión sanitaria y determinados aspectos educativos.
Para Page, si el PP venciera en las elecciones andaluzas, interpretaría ese triunfo como una legitimación de toda su estrategia, por lo que ha señalado que lo que se juega el día 25 de marzo es mucho más que el poder en una región.
«Se juega, ni más ni menos, que este poder omnímodo que está consiguiendo el PP, signifique un rodillo para todo lo planteado en las últimas décadas», señala antes de asegurar que no podría entender que los andaluces, tras rechazarle en varias ocasiones, consideraran a Javier Arenas como una solución.
De ahí que esté convencido de que va a haber una «reacción social» que va a permitir la victoria de José Antonio Griñán.
También reconoce que el PSOE se juega mucho en esos comicios, aunque un mal resultado no cree que afectase al liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba porque afirma que ha conseguido que el partido tenga una situación «muy estable» y esté empezando a quitarse de encima el «derrotismo».
«Hemos apostado por un proyecto serio y seguro, solvente. En un momento donde a la gente la faltan respuestas a muchas preguntas, el PSOE no ha querido hacerse más preguntas», ha señalado antes de calificar a Rubalcaba de «un capitán muy sólido para el tránsito de la tormenta».
Aún cree que es muy pronto para hablar de quién será el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales, pero está convencido de que el partido elegirá en su momento al que esté en mejores condiciones para ganar aunque, «hoy por hoy», no ve otro mejor que Rubalcaba.
Page, quien dudó si optar a la secretaría general del PSOE en el último Congreso Federal, está agradecido por el aval recibido para relevar a José María Barreda al frente de los socialistas castellano-manchegos.
Frente a su apuesta total por la región, lamenta que el verdadero interés de quien la preside, María Dolores de Cospedal, esté en Madrid.
Page confía en la unidad de discurso de los barones del PSOE una vez que culmine el proceso de renovación de los mismos y califica al PSC de «una pieza clave en el engranaje» socialista.
Para él, cuando se hable de lo importante en el ámbito nacional, siempre habrá «un mando único, una voz única que es la del PSOE nacional y la de Rubalcaba».
A la espera de que el PSOE concrete cómo va a ampliar a los simpatizantes su participación en los procesos de primarias, el alcalde de Toledo defiende que posea un modelo propio y que no tiene por qué ser igual al utilizado por los socialistas franceses.
«El PSOE -asegura- tiene identidad propia y mecanismos propios para funcionar sin necesidad de imitar nada».