Pidan, que sus deseos serán cumplidos, es época electoral y quien no promete pabellón nuevo en el barrio tal pues asegura que todas sus esperanzas se cumplirán a la vuelta de la esquina. Da igual quién sea el candidato, de izquierdas, de derechas, de centro, de aquí, de allá o del espacio sideral, que seguro que también los hay escuchando algunas de las propuestas que nos llegan. Candidato municipal o autonómico, en el pueblo más pequeño o en la capital más grande. ¡Madre mía si se cumpliera todo lo que nos dicen que van a hacer!
Luego están los besos y los abrazos, ¡pero, hijas e hijos, que no dan a basto! Echen un cálculo, porque los candidatos se convierten en metralletas de repetición repartiendo ósculos al primero o la primera que se acerca a ellos.
Mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua, mua…
Cientos y cientos, o cienes y cienes, que a este paso les van a borrar las caras a los pobres candidatos… ¡Ay si cada beso fuera un voto!
Párenlos por las calles si se los encuentran, que en esta ocasión seguro que no van a salir huyendo ni les darán esquinazo, todo lo contrario, escucharán solícitos cuantas peticiones les hagan y será quizás de los momentos más gratos de sus vidas: ¡habrán hablado con un político, que es como si les toca la Primitiva! ¡Albricias! Y dense prisa, que para todo ello cuentan con medio mes, hasta el próximo 24 de mayo, domingo, que será cuando tendrán que votar. A partir de ahí, no les aseguro que puedan volver a verlos…
Todo por un voto. Todo por su voto.
Se ponen la cara de sonrisa y parecen otros, ya no se la quitan ni cuando se disponen a dormir.
Pues eso, que son políticos, ni mejores ni peores, simplemente diferentes…
@CesardelRioPolo
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